Protestan cubanos en Miami por medidas de Bush
MIAMI, 24 de julio.— Personas de origen cubano opuestas a las restricciones implantadas por el gobierno de George W. Bush realizaron hoy una protesta pacífica en Miami porque consideran las medidas como "antifamiliares" y que "polarizan" a los propios residentes en Estados Unidos venidos de la Isla.
Con pancartas y banderas tanto cubanas como estadounidenses unos 800 manifestantes se reunieron frente a la oficina del congresista Lincoln Díaz Balart, uno de los legisladores que apoyó las medidas restrictivas en el Congreso estadounidense, reporta Notimex.
"Estas medidas dividen a los que vinieron en la década de los 60 que ya no tienen familia en Cuba y los que llegaron después", dijo a la prensa, Max Lesnik, líder de la Alianza Martiana uno de los grupos participantes.
Según Lesnik, a personas como Díaz Balart y otros que llegaron en la década de los años 60, que conforman la "extrema derecha" de Miami, no les interesa que las medidas dividan a las familias, porque "ellos ya no tienen familia en la Isla".
"Esto es inmoral", señaló Lesnik, tras indicar que el presidente estadounidense George W. Bush "está siendo mal aconsejado por estas personas y él (Bush) lo hace sólo con fines electorales".
Los manifestantes, convocados por la Asociación de Madres Cristianas en Defensa de la Familia, adelantaron que la próxima semana protestarán frente a las oficinas de la congresista Ileana Ross-Lehtinen, de origen cubano, y quien también apoya las medidas.
"Bush no dividas a la familia cubana" y "Bush con la familia cubana no se juega", versaron algunas de las pancartas portadas por los protestantes.
Silvia Wilhelm, de la Asociación de Madres Cristianas en Defensa de la Familia, dijo que se oponen a las medidas porque son "antifamilia, antiamericanas, son crueles, separan a los cubanos e impiden la reconciliación de nuestro pueblo".
La dirigente consideró que los legisladores deben estar conscientes de que las nuevas restricciones "polarizan cada vez más a nuestra comunidad. Hay indignación y dolor y debemos ser escuchados".
Las medidas del presidente Bush limitan los viajes para estas personas a la nación antillana a uno cada tres años por un máximo de 14 días y las remesas de dinero a 1 200 dólares al año a familiares directos que no estén afiliados al Partido Comunista de Cuba.
Otro acto, pero a favor de las medidas fue convocado por un grupo que
se autoproclama defensor de los derechos humanos, y que pugnan para que
se implemente "inmediatamente" las cuestionadas decisiones del ejecutivo
norteamericano.