CASTRISTA DIRIGE ARCHIVO DEL EXILIO
El profesor castrista Miguel A. Bretos ha creado
un llamado Archivo del Exilio cubano en Florida International University
en Miami, que puede servir como fuente de información para los agentes
de inteligencia de Cuba. Ocultando su historial de activismo castrista,
Bretos ha conseguido el apoyo para su proyecto de distinguidas figuras
del exilio cubano, como el doctor Guillermo Martinez Márquez, quien
el 17 de marzo habló en el acto de apertura donde el Archivo recibió
una donación de unos 3,500 periódicos publicados en el exilio
desde 1959.
Bretos salió de Cuba a principios de
la revolución y estudió el bachillerato en Saint Bernard
College en Alabama, graduándose en 1965. Obtuvo una Maestría
en Historia de la Universidad de Nebraska en 1968 y después estuvo
con la Universidad de Tennessee en Nashville.
En 1974 era profesor de Historia en Oberlin College en Ohio,
donde, según la revista castrista Cuban Studies/Estudios Cubanos,
enero 1975, página 52, daba un curso titulado "La revolución
cubana," auspiciaba una serie de conferencias sobre "La Cuba moderna,"
y exhibió las películas comunistas "Memorias del Subdesarrollo"
y "Lucia," con un curso sobre "el cinema y la literatura de Cuba revolucionaria."
El 12 y 13 de marzo de 1976, Bretos asistió
a una llamada "reunión de consulta sobre la situación de
Cuba" auspiciada en Nueva York por el grupo castrista Cristianos Cubanos
Pro Justicia y Libertad, quienes firmaron un manifiesto pidiendo la normalización
de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y en contra del embargo comercial
hacia Cuba. Bretos firmó junto con la notoria agente de la Dirección
General de Inteligencia (DGI) Lourdes Casal, y los "dialogueros" castristas
Cecilio Arrastía, Rosa Curras, Lilia Fernández, Angelo W.
Fuster, Alberto Gómez Galate, Francisco J. González, Angel
Larramendi, Javier Lescano, José Reyes Caballero, Michael G. Rivas
Marrero, Manuel Rodriguez y Manuel Viera Bernal, según aparece en
la revista comunista Areito, primavera1976, Pags. 44-45.
Ese año Bretos obtuvo un doctorado
de Vanderbilt University en Nashville y fue con su esposa Conchita a la
Universidad de Bogotá, Colombia, por un año. En 1977 se establecieron
en Australia, donde Bretos fue profesor de historiador del arte en la Universidad
de Nueva Gales del Sur y presidente de la Fundación Hispana de Australia.
En 1982-83 fue consultor para Special Broadcasting Service en Sidney, haciendo
documentales sobre el Caribe.
En 1985, Bretos llegó a Miami sorpresivamente
con su esposa y tres hijos, y con un subsidio del Florida Endowment for
the Humanities, se autoproclamó director de los Archivos de Exilio
Cubano que comenzó a recopilar, a pesar de que la biblioteca de
la Universidad de Miami ya tiene un Archivo Cubano desde 1962 con una colección
de más de 600 periódicos del exilio cubano.
El archivo cuenta con un consejo asesor de
la facultad de FIU que incluye a los profesores castristas Lisandro O.
Pérez, fundador de Areito y miembro del Consejo de Dirección
del Instituto deEstudios Cubanos (IEC) que dirige la dialoguera castrista
María Cristina "La Coja" Herrera, y Anthony P. Maingot, también
vinculado al IEC y presidente del Caribbean Studies Association, quienes
en julio de 1982 celebraron su cuarta conferencia anual en el hotel Habana
Libre en Cuba. 'El resto del consejo asesor lo componen los profesores
Manuel B. Carvajal, Rodolfo Cortina, Isabel Castellanos, John B. Jensen,
Antonio Jorge, Adolfo Leyva, Ramón G. Mendoza, Salvador Miranda,
Raúl Moncarz, Carmen Pérez, Ana Roca, Mark B. Rosenberg,
Jorge Salazar Carrillo, Reinaldo Sánchez y Maida Watson, quienes
aparentemente no conocen el historial castrista de Bretos.
Miguel A. Bretos declaró al Miami News,
febrero 7, 1986, p. 4, que "fundamentalmente, lo que nosotros vamos a hacer
es agresivamente ir en búsqueda de manuscritos originales y también
comenzar una historia oral," a través de grabaciones de testimonios.
Este inexplicable fanatismo de Bretos, quien durante los últimos
25 años ni estudió ni residió en Miami, tiene en alerta
a los agentes de contrainteligencia norteamericanos, especialmente por
su pasado castrista, ya que una de las labores de los agentes de la DGI
infiltrados enEstados Unidos es recopilar todas las publicaciones del exilio
y enviar la información a Cuba para engrosar los expedientes de
inteligencia.
Un panfleto del Proyecto Historia y Archivos
del Exilio Cubano señala que "se propone preservar el legado documental
e histórico del pueblo cubano en el sur de la Florida y . . . los
papeles personales de familia, las cartas y diarios, los manuscritos inéditos,
las actas y documentos de organizaciones y corporaciones cívicas
y firmas comerciales, iglesias, municipios, asociaciones caritativas; los
papeles legales y notariales, fotos, recortes, películas, dibujos,
programas, impresos; los bosquejos y planos arquitectónicos, tarjetas
postales, afiches, programas, folletos - la lista sería interminable
- arrojan luz sobre la vida del ciudadano ordinario y, por lo tanto, sobre
la historia de la comunidad." Esta información en manos de los castristas
sería un desastre para el exilio cubano.