El Nuevo Herald
Mar. 06, 2002
 
El regreso de los restos de William Morgan

                      Associated Press
                      TOLEDO, Ohio

                      La viuda de un estadounidense que militó en la guerrilla de Fidel Castro quiere que sus restos
                      regresen a Toledo, Ohio, su ciudad natal.

                      ''Aquí es donde debe estar'', dijo Olga Goodwin, quien también participó en la revolución cubana pero
                      fue encarcelada luego. Su esposo William Morgan fue fusilado en 1961, cuando tenía 33 años.

                      Un año antes era un héroe de la revolución que llevó a Castro al poder. Lo llamaban el ''comandante
                      yanqui'' y tenía el grado de comandante, el más alto que haya recibido un norteamericano en las
                      fuerzas de Castro.

                      Luego del triunfo de la revolución, cada vez que aparecía en las calles de La Habana, la gente lo
                      rodeaba para pedirle su autógrafo.

                      Pero poco después Morgan empezó a criticar la orientación de Castro y su gobierno. Se pronunció
                      contra el comunismo y preguntó por qué Castro trataba de ganar la amistad de los soviéticos.

                      Castro, dentro de una campaña de represión, hizo detener a varios de los combatientes que habían
                      luchado a las órdenes de Morgan. El 17 de octubre de 1960, el gobierno detuvo al propio Morgan, a
                      quien acusó de espía y agente de ``intereses extranjeros''.

                      Desde entonces se han divulgado documentos del Departamento de Estado y el FBI que no contienen
                      pruebas de que Morgan tuviera relaciones con la CIA como decían los cubanos, informó el diario The
                      Toledo Blade.

                      Morgan fue acusado de traición y ejecutado, aunque las leyes cubanas sólo preveían una condena de
                      nueve años de prisión para los hechos que se le imputaron.

                      Su esposa, detenida dos días después de su ejecución, pasó 12 años en las cárceles cubanas. En
                      1980 se le permitió emigrar a Estados Unidos.

                      Los restos de Morgan están en un cementerio en La Habana.