Granma Diario
15 de diciembre de 2001

Juan Manuel Márquez: El segundo jefe del Granma

                    PEDRO A. GARCIA

                    Lo conoció en el rotativo El Sol, a fines de la década del 40. En
                    aquellos años, Juan Manuel Márquez compartía su tiempo entre la
                    labor periodística y la actividad política, como el más destacado
                    dirigente de la Ortodoxia en Marianao. "El prácticamente dirigía el
                    diario, era una especie de Jefe de Información y además, escribía
                    un artículo detrás del otro", dice el hoy editor del Centro de Estudios
                    Martianos, Imeldo Álvarez, quien se iniciaba entonces como
                    redactor y reportero. "Juan Manuel tenía un carácter muy tratable.
                    Jaranero, sonriente siempre, le gustaba hacer chistes, sabía
                    captarse la simpatía de los que lo rodeaban, pero era muy
                    puntilloso en problemas de principio. Era incorruptible, no había
                    arreglo con él aunque pasara hambre". "Tenía un alto sentido de la
                    dignidad, ni se alquilaba ni se vendía; de una intransigencia
                    revolucionaria tremenda". En opinión del entrevistado, desempeñó
                    un gran papel su formación hogareña. "Su madre, una excelente
                    maestra, lo forma intelectualmente, le inculca hábitos de lectura. El
                    padre, torcedor, le crea un sentido obrero de las relaciones
                    humanas y las relaciones sociales".

                    Cuando Imeldo lo conoció, ya Juan Manuel tenía un largo
                    historial como revolucionario. "No olvides que nació en julio de 1915
                    y a los 15 años era notablemente conocido por su enfrentamiento
                    a la tiranía machadista. Empezó sus luchas políticas desde posiciones
                    radicales, estuvo muy vinculado al Ala Izquierda Estudiantil".

                    "Cuando el machadato lo metieron preso en el Castillo de Príncipe,
                    incluso lo mandaron para Isla de Pinos sin tener la edad suficiente porque
                    era muy rebelde. Durante muchos años fue presidente de la Asociación
                    de estudiantes del Instituto de Marianao, todos los estudiantes de
                    Segunda Enseñanza de la ciudad tenían una admiración profunda por él".

                    UN PERIODISMO DE COMBATE

                    Se le conoce mucho como dirigente político para lo cual empleaba
                    muy bien sus cualidades intelectuales y el periodismo. "A los 17
                    años fundó su primer periódico, El Radical. Y después funda en
                    1933, Catapulta. Lo escribía, lo repartía, era una cosa tremenda".
                    Pero no solo se distinguió por el uso de la prensa plana como arma
                    política. "Tenía espacios en la COCO, con Guido García Inclán, y en
                    otras emisoras radiales de La Habana".

                    Dicen que cuando hablaba por la COCO, solía relatar lo que decían
                    el Diario de la Marina, Información y otros diarios de la época. Y
                    después los refutaba. Añade Imeldo: "Si tú lo oías, parecía que
                    estaba leyendo su comparecencia, la gente decía: qué trabajo más
                    lindo leyó Juan Manuel Márquez, y en realidad era improvisado, y le
                    daba respuesta a lo que decían los periódicos de la época".

                    Orador extraordinario, en el enfrentamiento político sabía captar las
                    masas y electrizar a la gente. "Solo necesitaba un taburete, un
                    banco y ahí te echaba el discurso. La voz de él era muy vibrante,
                    manejaba muy bien los altos y bajos del discurso, pero parecía que
                    siempre estaba leyendo, por su seguridad en las oraciones, la
                    sintaxis".

                    Mostraba gran preocupación por la cultura. "Logró que se creara en
                    Marianao el premio periodístico César Sampedro, que el municipio
                    tuviera biblioteca, era defensor de los museos y su vinculación con
                    las escuelas, de la existencia de una banda de música. Defendía la
                    vida cultural de la ciudad con la idea y la acción política".

                    DESPUÉS DEL GOLPE

                    "Cuando Batista dio el golpe Juan Manuel nos dijo: ya mi vida
                    cambió, es otra de aquí en adelante. Y de verdad que lo fue. Decía
                    que a partir de entonces (1952) la juventud cubana tendría
                    oportunidad de realizar los sueños de emprender la lucha por la
                    Revolución". Se incorporó a la lucha insurreccional, primero con
                    Armando Hart y Faustino Pérez en el MNR de Rafael García
                    Bárcenas.

                    "No sé con que ingeniero se empató e hizo una emisora de radio
                    clandestina, se oía en todo Marianao y hasta en Punta Brava. La
                    policía la buscaba afanosamente. Una vez lo rodearon en La Lisa,
                    donde tenía la planta y Juan Manuel se les fue delante de ellos por
                    la puerta y no lo reconocieron , no lo pudieron prender".

                    En una ocasión lo maltrataron de manera muy seria. "En la calle
                    céntrica de Mariano, la policía se lo llevó preso y lo apaleó
                    duramente. Lo desbarataron y hubo que llevarlo para la clínica
                    Santa Emilia. Fidel acababa de salir de prisión (1955) y fue a verlo.
                    Juan Manuel admiraba profundamente a Fidel. Ambos llegaron a
                    congeniar mucho, tenían plena coincidencia en sus ideas, por algo
                    fue el segundo en la expedición del Granma".

                    "Samuel Urra y otros compañeros del periódico fuimos también
                    para tomarle fotos y publicarlo en el diario. Y había que ver a Juan
                    Manuel, con lo apaleado que estaba, con la cara vendada, el
                    análisis afilado que hizo sobre la situación del país y las
                    posibilidades de victoria de la Revolución. A mí me dolió siempre no
                    haber podido grabar sus palabras".

                    Ya estaba decidida su partida para México, desde donde, junto con
                    Fidel, prepararía la expedición del Granma. "Esa (en la clínica) fue
                    la última imagen que me quedó de él". Tras la dispersión de Alegría
                    de Pío, Juan Manuel Márquez fue asesinado por la soldadesca
                    batistiana el 15 de diciembre de 1956.