Cuestionan subasta de un cuadro de Amelia Peláez
ARMANDO ALVAREZ BRAVO
Crítico de Arte de El Nuevo Herald
La casa de subastas neoyorkina Christie's determinará hoy si
retira u ofrece en
su Subasta de Arte Latinoamericano, a celebrarse el miércoles
2 y el jueves 3
en Nueva York, Florero, un cuadro de la desaparecida pintora Amelia
Peláez,
una de las figuras mayores de la plástica cubana de este siglo.
La proveniencia
y propiedad de la pintura, que se ofrece a la venta entre los $120,000
y los
$160,000 dólares, están en discusión.
``El martes decidiremos si la obra de Amelia Peláez se saca a
subasta o se
retira'', dijo Juan Varez, especialista de arte latinoamericano de
Christie's. ``Nos
hemos puesto en contacto con el Museo Nacional de La Habana y estamos
aguardando su documentación sobre la pieza''.
El 27 de mayo, Cuban National Heritage, una organización de exiliados
cubanos
dedicada a la preservación y estudio del patrimonio nacional
de su país, dirigió
una carta a Varez, manifestándole que ese óleo sobre
lienzo que figura en el
catálogo de la próxima subasta con el número 58,
formaba parte de la Colección
del Museo Nacional de La Habana.
Los firmantes de la carta, Armando F. Cobelo, presidente de Cuban National
Heritage, y Lourdes A. Quirch, presidenta de la junta directiva del
Comité de
Museos de la organización, informaron en su misiva que Florero
se había
expuesto en el Museo del Pueblo, en Guanajuato, México, del
19 de octubre al
17 de noviembre de 1991, y en el Museo de Arte Carrillo Gil, en San
Miguel,
México, del 4 de diciembre al 8 de enero de 1992.
``En el catálogo común de esas dos exposiciones, titulado
Amelia Peláez -
Fulgor de las Islas, cuya fotocopia enviamos a Varez'', manifiesta
Cobelo, ``se
señala que esa pieza pertenece a la Colección del Museo
Nacional de La
Habana y no a una colección privada de Ciudad de México,
como se consigna
en el catálogo de la subasta. Es fundamental aclarar la proveniencia
y propiedad
de dicho lienzo que consideramos forma parte del patrimonio nacional
de Cuba.
Un patrimonio que el castrismo viene saqueando sistemáticamente
desde hace
muchos años''.
Quirch explicó que en el caso de Florero se podían considerar
tres posibilidades.
La primera es que el cuadro fuese falso. La segunda, que probablemente
fue
robado del Museo Nacional de la Habana. Y la tercera, que podía
haber sido
vendido por alguien del Museo Nacional, en cuyo caso la transacción
no era
legal.
``Estamos aguardando la respuesta de Christie's. Pero, con independencia
de la
misma, nuestro planteamiento sobre Florero no hace más que reiterar
la
comprometida situación del patrimonio artístico cubano
bajo el castrismo'', dijo
Quirch. ``El régimen, con el fin de llenar sus vacías
arcas, no ha vacilado en
dilapidar ese patrimonio vendiéndolo a compradores inescrupulosos
de distintos
países. Ahora, con el deterioro del sistema totalitario imperante
en la Isla, esta
situación, que se ha documentado en diversas ocasiones, es cada
vez más
grave''.
José Martínez Cañas, director de Elite Fine Art,
de Coral Gables, y especialista
en pintura cubana, manifestó que la venta del patrimonio cultural
de Cuba por el
castrismo era expresión de su fracaso y su desesperación
por obtener fondos, y
que el arte es un medio ideal a esos fines. El galerista añadió
que, en este
sentido, por su historia, significación y calidades, Amelia
Peláez constituía un
producto ideal para la venta.
``En todas las naciones el patrimonio cultural, que le pertenece al
pueblo, tiene
casi siempre el peligro de dos grandes enemigos'', señaló
Martínez Cañas.
``Son, por una parte, el poder de una nación extranjera cuando
gana en guerra y
se lo apropia en calidad de botín; y, por otra parte, las desesperadas
actuaciones de un tirano que también ha fracasado financieramente,
como es el
caso de Cuba''.