Información del MINREX
A continuación publicamos la información del Ministerio de
Relaciones Exteriores sobre las razones del arresto de los
ciudadanos checos Ivan Pilip y Jan Bubenik, y los amplios
antecedentes conspirativos e injerencistas del gobierno y los
representantes diplomáticos de la República Checa en Cuba,
que
explican el vínculo estrecho y directo de esa política y
el incidente
ocurrido.
El Gobierno de la República Checa, como continuación de la
campaña desatada para poner en duda la denuncia de Cuba, ha
seguido manteniendo que las acusaciones formuladas contra dos
ciudadanos checos sorprendidos mientras promovían la subversión
interna en nuestro país son falsas.
Por desconocimiento, por prejuicios o por mala intención,
representantes de otros países se han hecho eco de las falsedades
vertidas y han dado criterios a priori que, por su contenido y
naturaleza, son lesivos para el pueblo y Gobierno de la República
de Cuba.
¿Cuál es la realidad?
El 12 de enero de este año, las autoridades de Inmigración
y
Extranjería de la provincia de Ciego de Ávila, en la República
de
Cuba, procedieron a detener a los ciudadanos checos Ivan Pilip y
Jan Bubenik, quienes violando su status de turistas y cumpliendo
indicaciones de la organización contrarrevolucionaria asentada en
los Estados Unidos, Freedom House, mantuvieron reuniones de
carácter conspirativo con integrantes de pequeños grupos
subversivos residentes en esa provincia.
El involucramiento de la organización Freedom House en el más
reciente programa Cuba creado por el Gobierno de los Estados
Unidos para desestabilizar a nuestra Revolución mediante la
promoción de la subversión interna, bajo la sección
109 de la Ley
Helms-Burton aprobada en 1996, comenzó en 1997 con el proyecto
"Transición" que recibió un generoso financiamiento de la
Agencia
para el Desarrollo internacional de los EE.UU. por un valor de 500
mil dólares, seguido por otro ascendente a 275 mil dólares
en 1999,
que fue doblado en el año 2000 a 550 mil dólares. El primer
programa dio lugar al surgimiento de un centro anticubano
denominado "Centro para una Cuba Libre" que, presidido por el
agente de la CIA y ex Director del Proyecto Cuba de Freedom
House, Frank Calzón, ha recibido ya más de un millón
de dólares
de la Agencia para la Ayuda Internacional de los Estados Unidos
(USAID) con iguales propósitos.
El actual programa de Freedom House tiene entre sus áreas
fundamentales de trabajo localizar y reclutar, para luego enviar a
Cuba, con fines desestabilizadores y subversivos, a políticos,
periodistas y activistas comunitarios de Europa Centro-Este con
experiencia en las llamadas "transiciones democráticas", forma en
que califican el derrocamiento del régimen revolucionario.
La USAID reconoció públicamente en junio del 2000 que Freedom
House organizó la visita a Cuba de 4 periodistas, 4 parlamentarios,
2 economistas y un académico de Europa del Este, todos los
cuales fueron financiados y entrenados con fondos del Gobierno de
los Estados Unidos con fines subversivos, exactamente igual que lo
que acaban de hacer con Ivan Pilip y Jan Bubenik como hemos
podido comprobar.
Ivan Pilip fue Ministro de Finanzas en su país y en la actualidad
es
Diputado al Parlamento checo. Por su parte, Jan Bubenik es
miembro de la denominada "Fundación Prodemocrática Checa"
y
fue uno de los dirigentes del movimiento antisocialista en
Checoslovaquia.
Ambos arribaron a Cuba el 8 de enero del año 2001 a través
del
Aeropuerto Internacional "José Martí" en el vuelo CBE-7538
procedente de Cancún, México, luego de una estancia de dos
días
en los Estados Unidos.
Como resultado del proceso investigativo, se ha establecido que
Ivan Pilip mantiene vínculos con funcionarios de la organización
Freedom House, entre ellos con Robert (Bob) Pontichera, Director
de Programas de esa institución, quien le propuso sufragarle un
viaje a Cuba en compañía de un amigo, con la finalidad de
contactar y hacer llegar a varias personas comprometidas los
medios necesarios para cumplimentar el programa de actividades
subversivas del gobierno de Estados Unidos.
Se precisó que Pilip y Bubenik arribaron a Nueva York en los
primeros días de enero, entrevistándose el día 6 de
este mes,
durante una cena, con Robert Pontichera, quien les comunicó que
las personas con las que se encontrarían en Cuba eran opositores
del gobierno cubano, y que con ellos debían conversar y obtener
información sobre la situación política, económica
y social de Cuba.
Pontichera les entregó un listado con los nombres y direcciones
de
esas personas y 1 400 dólares para gastos de hospedaje, renta de
auto y comidas, que debían justificar con los comprobantes de
pago.
El representante de Freedom House abasteció a los dos
ciudadanos checos de una microcomputadora portátil con varios
aditamentos, disquetes y discos compactos, con el fin de que se
los entregaran a las personas con quienes se entrevistarían en
nuestro país.
Les orientó también que al regreso de Cuba debían
contactar
nuevamente en los Estados Unidos al representante de la Freedom
House para conocer el resultado de la visita y las informaciones
recogidas, por lo que el itinerario de regreso que seguirían era
La
Habana-Cancún-Miami-Washington, donde permanecerían varios
días.
Les indicó igualmente que los nombres de las personas a contactar
en Cuba deberían ser registrados en la agenda electrónica
con una
clave privada para evitar que las autoridades hallaran tal
información en el caso de ser detenidos.
En las investigaciones realizadas sobre la estancia en Cuba de
estos ciudadanos checos, se ha precisado que al arribar a nuestro
país rentaron el auto de turismo placa T-005267 en el que viajaron
a
las provincias de Matanzas, Cienfuegos y Sancti Spíritus, cual
simples turistas que recorrían el oeste del país, y continuaron
el 11
de enero hacia la provincia de Ciego de Ávila, primer punto de
contacto según la lista de personas que les entregaron en Estados
Unidos, residentes en la región central y oriental del país.
En dicha provincia visitaron a dos conocidos contrarrevolucionarios,
con quienes abordaron los asuntos indicados por Robert
Pontichera e intentaron la búsqueda de información para trasladar
a
Freedom House. La lista de nombres y direcciones fue protegida
por medios electrónicos.
Las acciones encomendadas a los señores Pilip y Bubenik no son
nuevas para nuestro país. Constituyen una muestra más del
cúmulo de actividades injerencistas y desestabilizadoras que ha
llevado a cabo la República Checa contra el proceso revolucionario
cubano.
Durante más de 10 años se han seguido de cerca
sistemáticamente las actividades subversivas realizadas por la
representación diplomática Checa en Cuba, siguiendo
instrucciones de órganos de inteligencia y otras instituciones
norteamericanas a través de la Sección de Intereses de Estados
Unidos en La Habana.
Esta conspiración comenzó en 1989. En 1987 se había
desarticulado una extensa red de espionaje, dirigida por
funcionarios acreditados ante la mencionada Sección de Intereses
de Estados Unidos en Cuba. Mientras se reestructuraban sus
fuerzas, medios y métodos, apelaron a los representantes
diplomáticos de otros países acreditados en Cuba, y es
precisamente en ese momento cuando la Embajada de la entonces
Checoslovaquia se convierte en un instrumento de la Oficina de
Intereses norteamericana y en su principal centro de subversión.
Unido a esto, el Gobierno de Estados Unidos le asignó al Gobierno
checo la tarea de coauspiciar por primera vez, el 3 de marzo de
1990, el infame proyecto de condena a Cuba en la Comisión de
Derechos Humanos en Ginebra, lo que obtuvo en reñida votación
mediante el apoyo unánime de sus aliados de la OTAN.
A partir de entonces, el Gobierno de la República Checa ha
mantenido una posición abiertamente hostil hacia Cuba, que
soportaba heroicamente un bloqueo genocida y, perdidos sus
mercados y fuentes de suministros tradicionales, sin apoyo alguno
del exterior, sufría un durísimo y prolongado período
especial. Eran
los tiempos de la creencia generalizada de que nuestra Patria no
sería capaz de soportar semejante prueba. Durante todos esos
años, el Gobierno Checo extremó su confabulación con
Estados
Unidos y su apoyo a la política agresiva contra Cuba, lo cual se
hizo
patente con su incondicional respaldo a las sucesivas
Administraciones norteamericanas, en esa hostil dirección. La
República Checa alcanzó el triste honor de ser el primer
país ex
socialista que siguió tal línea traicionera en su política
exterior.
Ese mismo año 1990, entre marzo y diciembre, se registraron
numerosos hechos provocadores con la participación de
funcionarios checos en Cuba, entre ellos el patrocinio y asistencia
material a grupos contrarrevolucionarios en el país, el
abastecimiento técnico-financiero, soporte político, y proselitismo
activo entre sectores intelectuales y académicos.
En contubernio con diplomáticos estadounidenses, funcionarios
checos propiciaron la penetración ilegal de un grupo
contrarrevolucionario en la Embajada checa, promovida y
preparada desde el interior de dicha instalación, lo cual provocó
la
ocurrencia de hechos ilegales similares en otras sedes
diplomáticas.
A finales de diciembre de ese mismo año 1990, evidentemente
coordinado con Estados Unidos, el Gobierno de la que todavía era
Checoslovaquia decide interrumpir la representación de los
intereses de Cuba en Washington, función que venía llevando
a
cabo durante 29 años, desde el 3 de enero de 1961, cuando
Estados Unidos rompió relaciones con Cuba como un preludio de
lo que sería la invasión mercenaria de Playa Girón
tres meses
después, el 17 de abril de ese año.
Debemos recordar como hecho arbitrario y brutal que una de las
primeras medidas adoptadas por el Gobierno postsocialista de
Praga fue denunciar unilateralmente los acuerdos firmados por
Cuba con la otrora República Socialista de Checoslovaquia, con lo
que se sumó al bloqueo yanqui contra Cuba, mientras clausuraba
la Casa de la Cultura Checa en La Habana y organizaba en la
propia capital de Checoslovaquia un seminario anticubano con la
participación de personas vinculadas a la llamada "disidencia
checa", tales como Pavel Bratinska, el propio Presidente Havel y
otros, que acogieron calurosamente a los contrarrevolucionarios
Más Canosa, jefe de una organización mafiosa y terrorista
creada
por Estados Unidos, Carlos Alberto Montaner y otros personajes de
la misma calaña.
Posteriormente, a lo largo del año 1991 se apreció un desarrollo
acelerado en las actividades de apoyo a la contrarrevolución interna
por parte de funcionarios checos. Se produjeron nuevas
provocaciones organizadas desde dentro de la Embajada, y en
1992 comenzó a llegar al país un equipo de funcionarios checos
para hacerse cargo, de forma organizada y sistemática, de la
subversión en Cuba.
Así vemos cómo fue evolucionando la acción subversiva
en 1989,
1990 y 1991, y de acuerdo con informaciones acumuladas durante
años sobre estos funcionarios se demuestra la intensa actividad
desatada desde dicha sede diplomática contra Cuba al servicio del
Gobierno de los Estados Unidos. Se ha comprobado
adicionalmente hasta la saciedad la utilización que también
la mafia
anticubana en Miami, particularmente la Fundación Nacional
Cubano-Americana, organizadora de numerosos planes de
asesinato del jefe del Estado y Gobierno de Cuba, y la mencionada
Freedom House, hicieron de las posibilidades que para sus
acciones les fueron brindadas por la embajada checa en Cuba.
La realización de actos ilegales, definidamente subversivos y
contrarrevolucionarios, por un grupo de funcionarios diplomáticos
checos radicados en nuestro país en los últimos años
ha sido
totalmente comprobada.
El más señalado funcionario de esa sede fue Petr Mikyska,
que
arribó a nuestro país el 7 de agosto de 1992. Permaneció
en Cuba
durante cuatro años y dos meses. Al arribar a nuestro país,
ocupó
el cargo de Tercer Secretario encargado de los Asuntos
Consulares de la entonces Embajada de Checoslovaquia,
constituyendo esta su primera misión diplomática.
En enero de 1993, como consecuencia de la división de la antigua
Checoslovaquia, es designado entonces, de forma interina,
Encargado de Negocios de la representación en Cuba de la
República Checa.
A los pocos meses de su estancia en nuestro país, comenzó
a
vincularse de forma progresiva con diferentes cabecillas
contrarrevolucionarios, convirtiéndose en uno de los diplomáticos
más activos en la atención a estos elementos, a quienes
sistemáticamente brindó apoyo político y material
para la
realización de sus actividades.
Durante su estancia en Cuba evidenció también estrechos vínculos
con funcionarios de la Sección de Intereses norteamericana, en
función precisamente del apoyo a estos elementos
contrarrevolucionarios. Particularmente estrecha fue la cooperación
apreciada entre el señor Mikyska y el entonces Segundo Secretario
de la Sección de Intereses norteamericanos, Christopher Sibilla,
muy vinculado también a la acción de tales grupos y, con
posterioridad, con la sucesora de este diplomático norteamericano,
la Segunda Secretaria Robin Dianne Meyer.
Esta diplomática fue ampliamente conocida por su labor de
instigación abierta a la actividad subversiva de los grupos, acciones
ilegales que desarrolló hasta 1996, año en que le es denegada
la
prórroga de su visa en el país debido a su conducta.
La labor de dichos diplomáticos y sus estrechos vínculos
con
Mikyska eran parte de la estrategia dirigida a subvencionar
económicamente las actividades contrarrevolucionarias de sus
aliados internos.
Una de las tareas de Mikyska en Cuba era recibir, casi diariamente
en la sede diplomática y en su residencia, a integrantes de los
diminutos grupos contrarrevolucionarios, a los cuales brindó ayuda
de todo tipo, participando en numerosas reuniones y otras
actividades convocadas por estas personas, promoviendo, incluso,
la realización de reuniones de los mismos en la propia
representación diplomática, incitando así a realizar
acciones
contrarias al orden interno.
El 16 de octubre de 1993, Petr Mikyska estuvo presente en una
reunión conspirativa en San Antonio de los Baños, provincia
de La
Habana, para la conformación de un grupo contrarrevolucionario.
La sede diplomática checa se convirtió a partir de esta etapa,
además, en un punto de concentración de denuncias calumniosas
contra Cuba que fluían a través de los medios de comunicación
de
esa sede diplomática a las emisoras subversivas en territorio
norteamericano, o pasaban a engrosar el expediente de falsedades
anticubanas creado por Estados Unidos en la Comisión de
Derechos Humanos de Ginebra.
Está probado que este diplomático checo realizó más
de 20 viajes
a Miami para contactar con cabecillas de las organizaciones
contrarrevolucionarias allí radicadas.
El 15 de abril de 1993, durante un viaje a Miami, fue reclutado por
José Francisco Hernández Calvo, Presidente de la Junta Directiva
de la Fundación Nacional Cubano-Americana. Este individuo,
connotado terrorista, miembro fundador de esa organización e
integrante de su grupo paramilitar, ha estado estrechamente
vinculado a planes de asesinato del Presidente Fidel Castro,
incluidas las acciones a tal fin de los cuatro conocidos terroristas
actualmente detenidos en Panamá desde mediados de noviembre
del año 2000, y cuya extradición Cuba ha solicitado.
Es preciso recordar el involucramiento de José Francisco
Hernández en otro plan de atentado contra el Presidente Fidel
Castro por un comando contrarrevolucionario residente en Estados
Unidos, detenido cuando se dirigía a la isla Margarita, en Venezuela,
donde tendría lugar la VII Cumbre Iberoamericana en el año
1997, al
cual se le ocupó junto a otra arma similar un fusil de asalto
semiautomático calibre 50, con mira telescópica y rayos infrarrojos,
registrado como propiedad de este connotado terrorista y dirigente
de la Fundación Nacional Cubano-Americana. A pesar de esto, ni
siquiera fue incluido en el proceso iniciado contra el comando
asesino, que fue finalmente absuelto en un juicio amañado por un
juez y un jurado venales y corruptos.
A partir de ese año, y cumpliendo instrucciones de dicha
"Fundación", el mencionado diplomático checo realizó
en múltiples
ocasiones actividades de abastecimiento y enlace entre cabecillas
de esa organización en Miami y elementos subversivos residentes
en el país, convirtiéndose sencillamente en un mercenario
a sueldo
de la mafia terrorista radicada en Estados Unidos.
Mikyska, amparado en su inmunidad diplomática, introdujo en el
país, reiteradamente y de forma ilegal, propaganda escrita
confeccionada en el exterior por esas organizaciones
contrarrevolucionarias. Suministró a grupúsculos internos
otros
recursos como grabadoras, medios de comunicación y abundante
dinero en efectivo.
Igualmente obtuvo y trasladó informaciones sensibles de nuestro
país a cabecillas de esa Fundación, lo que constituyó
de hecho una
deliberada acción de espionaje, en franca contradicción con
sus
funciones diplomáticas. Participando en estas actividades de
subversión contra Cuba, utilizó también medios de
comunicación
de su Misión diplomática para contactar con los cabecillas
contrarrevolucionarios en Miami.
El 12 de febrero de 1994, Mikyska suministró en la zona de Mi
Cayito —lugar ubicado en la playa de Santa María del Mar, Habana
del Este— a elementos contrarrevolucionarios internos vinculados
a la Fundación Nacional Cubano-Americana miles de ejemplares de
propaganda subversiva, pegatinas con el emblema de esa
organización y del supuesto Movimiento por la Democracia y la
Libertad, enviados directamente y entregados a Mikyska por el
terrorista Luis Zúñiga Rey, también uno de los jefes
de dicha
Fundación, que radica y opera en territorio norteamericano. Ello
constituyó una evidente acción de abastecimiento ilegal,
característica de un agente y no precisamente de un diplomático.
En junio de 1994, Mikyska, a su regreso de unas vacaciones,
manifestó que los gastos por estancia y atención médica
de su
esposa en Miami, por motivo de embarazo, fueron sufragados por
la Fundación Nacional Cubano-Americana.
Para no hacer más larga la tenebrosa historia del Sr. Mikyska,
baste decir que en 1996 asistió a la Convención Anual de
esa
organización como invitado especial. Su desfachatez no tenía
límites, mientras se le toleraban y a la vez se observaban
cuidadosamente y se tomaba constancia en detalle de todos sus
movimientos.
Los diplomáticos checos que han sucedido al Sr. Mikyska han
mantenido idéntica actitud y vinculación con grupos subversivos
en
Cuba, con la mafia cubanoamericana en Miami y con la Sección de
Intereses de los Estados Unidos en La Habana, sirviendo como
enlace entre la Fundación Nacional Cubano-Americana, la Freedom
House y los grupos subversivos en nuestro país. De forma
comprobada, todos ellos han suministrado a esos grupos dinero en
efectivo, computadoras, propaganda subversiva originada en los
Estados Unidos e instrucciones a seguir.
Han utilizado a la sede diplomática checa en La Habana como
cobertura para sus actos ilegales y su status diplomático como
ropaje de inmunidad para agredir a la Revolución Cubana.
Entre ellos se han destacado Robert Kopecki, Segundo Secretario
de Prensa y Cultura; Petr Pribik, Encargado de Negocios a.i.; y Jan
Vytopil, Segundo Secretario de Prensa y Cultura. El actual Primer
Secretario de la Embajada checa, Petr Kavan, ha mantenido y
mantiene aún contactos con integrantes de los minigrupos
contrarrevolucionarios en nuestro país.
A estas actividades realizadas por diplomáticos checos en La
Habana contra Cuba, se añade la infame actuación de dicho
gobierno en el plano internacional, haciéndose cómplice y
servil
partícipe de las más groseras maniobras contra Cuba.
La derrota en 1998 de la resolución anticubana presentada por los
Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU
llevó a dicho país, en el marco de su campaña para
destruir a la
Revolución Cubana, a buscar alguien que servilmente se prestase
para figurar públicamente como promotor principal de nuevos
engendros de ese carácter. Dicho papel fue asignado y aceptado
por el Gobierno de la República Checa.
Así, durante el período de sesiones de la CDH en 1999, fue
la
República Checa la que presentó un nuevo proyecto de resolución
anticubano, a pesar de que se hizo evidente en las tareas de la
Comisión que el Gobierno de los Estados Unidos, principalmente la
entonces Secretaria de Estado y "ciudadana honoraria" de la
República Checa, Madeleine Albright, fue quien realizó todas
las
gestiones, los chantajes y las presiones para que dicho texto
resultase aprobado.
Nuevamente el pasado año se repitió la historia, y la República
Checa actuó como principal instrumento de Estados Unidos, a
pesar de que era el embajador yanqui quien citaba a otros
diplomáticos para presionar, y fueron líderes del Gobierno
de los
Estados Unidos quienes despertaban a dirigentes de otros países
para chantajear y coaccionar hasta en horas de la madrugada, fue
la República Checa la que figuró como iniciadora y promotora
de la
resolución anticubana.
Ya desde finales del 2000 y principios del 2001 diplomáticos checos
andan rondando el mundo. Hemos sabido, e incluso su prensa lo
ha publicado, que ante el temor de un fracaso tratan de reclutar
adeptos junto a sus amos yanquis para repetir, una vez más, la
sucia maniobra en Ginebra.
Fue precisamente a partir del momento en que el Sr. Vaclav Havel
toma el poder en la República Checa cuando dicho país se
convierte en un dócil instrumento del imperialismo norteamericano
en su vendetta contra Cuba.
En relación con el arresto de los dos ciudadanos checos enviados
a Cuba por la Freedom House, el Sr. Havel ha cometido el error de
hacer declaraciones contra nuestro país, dirigidas a ofender y
calumniar a un pueblo cuya valentía, heroísmo y apego a la
verdad
ni siquiera es capaz de imaginar. Algún día el mundo conocerá
la
verdadera historia de estos "demócratas y defensores de los
derechos humanos", si es que algún recuerdo quedara de ellos en
la historia.
El Gobierno checo olvida que Cuba es un país soberano que no
permite que sus leyes sean violadas impunemente y que posee
pleno derecho y jurisdicción para procesar y sancionar a aquellos
que cometen delitos en el territorio de nuestra República, como
es
el caso de los Sres. Pilip y Bubenik.
Se ha esgrimido el argumento de que el Sr. Pilip es Diputado en el
Parlamento de la República Checa, pero el Sr. Pilip viajó
a Cuba
como turista y no en tal condición. Por tanto, y según el
Derecho
Internacional, como lo reflejan las Convenciones de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas y sobre Misiones Especiales, a dicho
ciudadano no le corresponde inmunidad alguna, pues no califica ni
como agente diplomático ni como miembro de una misión especial
para la cual, además, y también según el Derecho Internacional,
debía haber tenido el consentimiento del Estado cubano, que no es
el caso.
Poseemos pruebas irrebatibles de los hechos referidos en este
informe sobre la conducta de los funcionarios diplomáticos checos
mencionados y de los ciudadanos arrestados Ivan Pilip y Jan
Bubenik. Cuando Cuba afirma y denuncia concretamente algo es
porque está en condiciones de probarlo ante la opinión pública
internacional o ante los tribunales de justicia.
Se debe tener claro que ningún país que se respete a sí
mismo
puede aceptar acciones que menoscaben su soberanía, que violen
sus leyes y que atenten contra su seguridad, su integridad y su
independencia.
El pueblo cubano, que lleva más de cuatro décadas de
enfrentamiento al Gobierno de los Estados Unidos, ha sabido
ganarse el respeto y la admiración de muchos pueblos del mundo
por su lucha, su firmeza, sus principios y su dignidad, y por tanto no
permitirá ni injerencias ni presiones de ningún tipo, vengan
de
donde vengan.
¡Que nadie se haga ilusiones con la idea de que Cuba puede ser
intimidada!
Todos aquellos que intenten desacreditar o sumarse a las
agresiones contra Cuba harían bien en cerciorarse antes de que
estamos decididos a defendernos y nos defenderemos como lo
hemos hecho, con insuperable valor, durante 42 años frente a la
mayor y más agresiva potencia imperialista que ha existido en la
historia de la humanidad.
A la altura de nuestra actual fortaleza moral y política, no nos
pueden animar sentimientos de venganza contra ningún pueblo ni
ciudadano alguno del mundo. Por encima de todo rendimos tributo
a la verdad y defendemos nuestro honor. Reconózcase con
honestidad lo ocurrido y ofrézcasele a nuestro pueblo una excusa.
Eso podría más que todas las mentiras y calumnias; más
que
todas las presiones del mundo; más que la OTAN y todos sus
bombarderos y misiles; más que el poder de todos los países
ricos
y su dinero juntos.
Si se intenta buscar alguna solución decorosa al incidente creado,
admítase nuestra razón, apélese a nuestra generosidad,
mas no se
cometa el error de cuestionar nuestra verdad ni poner a prueba
nuestra firmeza.
Ministerio de Relaciones Exteriores
de la República de Cuba
Enero 23 del 2001