Indignación por la retirada de Lourdes
Según Granma, Rusia se queda desprotegida con la decisión
Reuters
LA HABANA
El gobierno de Fidel Castro, todavía indignado por el inminente retiro ruso de un centro de espionaje en Cuba, minimizó ayer los motivos de su ex aliado para dejar la base de Lourdes y advirtió que ahora Rusia se queda desprotegida.
El anuncio hecho la semana pasada por el presidente ruso, Vladimir Putin, de que Moscú se retiraría del centro radioelectrónico de Lourdes en la provincia de La Habana, molestó al gobierno cubano y agradó a Washington, que no veía con buenos ojos la existencia de esta base a sólo 150 kilómetros de sus costas.
Un editorial del diario oficial Granma aseguró que el ahorro económico de $200 millones anuales, citado por Moscú como la principal razón para abandonar Lourdes, era relativamente insignificante y advirtió del riesgo en seguridad para Moscú.
``No puede tratarse de una consideración económica, era una decisión de carácter político'', declaró el editorial, probablemente escrito, o por lo menos revisado por el propio Castro.
``Ahora se quedará [Rusia] sin información esencial
para su defensa durante no se sabe cuánto tiempo. Estará
desprevenida y expuesta a cualquier contingencia'',
aseguró.
``Pedir ahora que Estados Unidos acceda a posteriori a desmantelar un centro similar en Noruega, a 40 kilómetros de la frontera rusa, mueve a risa''.
La decisión de Moscú pondrá fin a cuatro décadas de presencia militar en Cuba, su antiguo aliado durante la época soviética, y marcó un acercamiento entre Washington y Moscú. La estación fue visitada en diciembre del año pasado por el presidente Putin y Castro.
``En ningún instante --agregó el editorial, citado
por la agencia EFE-- el presidente de Rusia o los jefes militares rusos
hablaron una sola palabra de que tales medios
[instalados en la base de Lourdes-- eran inadecuados. Por el
contrario, durante los últimos diez años los habían
estado modernizando constantemente y expresaban sus deseos de continuar
perfeccionándolos''.
``Rusia --amplió Granma-- siempre solicitaba un compromiso
mayor al de cinco años, a lo cual Cuba se oponía sistemáticamente.
A raíz de la visita a Cuba del
presidente Putin, accedimos a prolongar el protocolo próximo
a firmarse por un período de diez años''.
El editorial se preguntó: ``¿Cómo es posible que apenas unos meses después de la visita a Cuba del presidente ruso y en medio de una grave crisis que constituye un riesgo para la paz mundial, y de modo especial para Cuba, sometida a más de cuarenta años de bloqueo, agresiones y terrorismo, se adoptara precipitadamente la decisión de eliminar el Centro, y publicarla de inmediato, pese a nuestra insistencia de que era el momento más inoportuno y peligroso para nuestro país?''
Algunos analistas señalaron también que la retirada rusa deja a La Habana más aislada internacionalmente, a la vez que le priva de una importante fuente de ingresos.
Actualmente Cuba, que se estaba recuperando de la crisis sufrida
tras el colapso soviético, está viendo empeorar su situación
económica como consecuencia de la
coyuntura mundial creada por los ataques terroristas del 11 de
septiembre contra Estados Unidos.
Castro reconoció públicamente por primera vez el miércoles en un discurso, que se avecinan tiempos más difíciles, aunque señaló que la isla estaba bien preparada para afrontarlos.
``Hay que prepararse, algunos sacrificios vendrán lógicamente,
pero estamos en mejores condiciones que nunca'', indicó.
© 2001 El Nuevo Herald