Estiman muy difícil la terminación de la planta nuclear de Juraguá
N.OSVARZMAN / El Nuevo Herald
NUEVA YORK
Muy a pesar de la firma de un tratado en recientes días entre
Cuba y Rusia en el
que se habla de finalizar la construcción de la planta nuclear
de Juraguá, la isla
enfrenta una gran crisis de infraestructura y falta de energía
que le impedirá
terminar la obra, asegura un experto norteamericano sobre energía
nuclear.
Jonathan Benjamin-Alvarado, ingeniero de energía nuclear de la
Universidad de
Georgia, que ha visitado Cuba seis veces para entrevistar a sus expertos
nucleares, relató que ya varias veces Rusia ha firmado un tratado
anual en que
reitera su intención de finalizar la construcción.
``Pero eso es rétorica, ya que si usted se fija en lo que pasa
en la planta en sí,
cada año la hierba está más alta, y la falta de
mantenimiento agrava la condición
física de lo que hay fabricado'', dijo Benjamín-Alvarado
en un seminario sobre
energía nuclear en Cuba, organizado por el Queens College, de
la Universidad de
la Ciudad de Nueva York. La planta de Juraguá comenzó
a construirse con la
ayuda de Moscú, pero al derrumbarse la Unión Soviética,
las tareas quedaron
suspendidas en 1992.
Manifestó, asimismo, que ``si Cuba hubiera mantenido una buena
relación con
Estados Unidos, hubiera tenido un reactor nuclear hace 30 años''.
Benjamin-Alvarado, que es asociado principal de investigaciones en el
Centro
para el Comercio y Seguridad Internacionales de la Universidad de Georgia,
descartó la posibilidad de ``un Chernobyl en el Caribe''.
Indicó que la planta está construida en un 70 por ciento,
pero que los sistemas
de control sólo estaban instalados en un 20 por ciento. Agregó
que ``la técnica
usada es buena, un reactor con agua a presión y no con moderadores
de
grafito''. Pero reconoció que ``ésta sería la
primera vez que una planta comienza
a construirse, se interrumpe la tarea y vuelve a reanudarse''. Añadió
que
``cálculos conservadores dicen que para finalizar la tarea hacen
falta unos $650
millones, pero estimo que en realidad serían necesarios $1,000
millones''.
Incluso si Cuba, de alguna manera, recupera su crédito súbitamente,
o
encuentra a alguien dispuesto a financiar la obra, ``los reactores
no podrían estar
listos hasta el año 2002, o incluso más tarde''. Pero
Cuba ``ha fallado
miserablemente en la finalización de este proyecto'', dijo.
Añadió el experto que incluso puede haber más demoras
y habrá que hacer
reaparaciones al edificio y reemplazar algunas partes del sistema,
con nuevas
soldaduras. Por tanto, la planta no podría estar lista hasta
el año 2003 o 2004.
Pero eso no es probable, insistió.
El experto añadió que también hay que tener en
cuenta que Rusia se había
comprometido a suministrar combustible para el reactor y ``en estos
momentos
no tiene medios para transportarlo''. ``Además, en Cuba no se
ha preparado
ningun sistema para almacenar los residuos radiactivos'', indicó.
Aun si se superan los problemas, ese reactor no solucionará los
problemas de
energía de Cuba, ya que podrá producir 418 megavatios
y las necesidades de la
isla son de 2,000 megavatios. Juraguá ``se encuentra en un estado
de sueño
latente'' y ``uno se encuentra que los ingenieros nucleares están
manejando
taxis y otros técnicos trabajan en paladares''.
``Todo el esfuerzo realizado por Fidel Castro para el desarrollo de
la tecnología
nuclear puede perderse, si no hay un avance'', dijo Benjamin-Alvarado.
Sugirió
que ``Estados Unidos debe tomar un papel activo y deben visitar Juraguá
técnicos de la Comisión de Regulación Nuclear
y de la Secretaria de Energía,
para evaluar la situación''.