Cuba-Japón 100 años después
ARNALDO MUSA
Recuerdo hace cuatro años cuando en Cuba se celebró el
centenario de la llegada del primer inmigrante japonés, y con ello
se
homenajeó a todos aquellos que se insertaron en nuestra
nacionalidad y ofrecieron los mejores valores que caracterizan a
ese pueblo: laboriosidad, tenacidad, sencillez, sensibilidad y lealtad,
En este 2002, también 100 años después, ambas naciones
conmemorarán el establecimiento de sus relaciones diplomáticas
en 1902, hasta que en 1941, al declararse la guerra a ese país
asiático por su participación en el eje fascista, se interrumpen
para
reabrirse en 1951, con la firma del Tratado de San Francisco.
Pero es a partir del triunfo revolucionario cubano en 1959 cuando
los vínculos se desarrollaron notablemente, teniendo como
componente principal el intercambio comercial. Durante muchos
años, Japón fue uno de los principales socios comerciales
de Cuba
en el área de moneda libremente convertible.
En 1998 se firmaron los Acuerdos bilaterales de reprogramación de
la deuda con las empresas comerciales miembros de la
Conferencia Económica Japón-Cuba, lo que fue un paso de avance
para el pago de la deuda cubana y creaba condiciones en Cuba
para el desarrollo del comercio.
En el 2000 se firmó un acuerdo en el que ambas partes mostraron
buena voluntad política para la renegociación de la deuda
a corto
plazo, y en los últimos tiempos se han logrado avances al efecto,
así como en la cooperación, que se ha evidenciado en el flujo
cada
vez mayor de turistas japoneses, y donativos nipones a programas
sociales cubanos.
La profundización en el diálogo político ha contribuido
a los avances
en lo económico. En este contexto cabe destacar la visita de
nuestro Comandante en Jefe en diciembre de 1995 al archipiélago
nipón y la alta valoración del gobierno de Tokio a la mediación
de
Cuba durante la crisis de los rehenes en la residencia del
Embajador japonés en Lima.
Asimismo, el gobierno de Japón ha votado desde 1997 a favor de la
resolución contra el cruel bloqueo económico, financiero
y
comercial que Estados Unidos impone a nuestro país, y aunque no
ha pasado lo mismo en otras instancias, Cuba no ve en ello
obstáculo alguno para las relaciones.
En este contexto, con agrado, se recordará el primer centenario
del
establecimiento oficial de los vínculos diplomáticos.