Lourdes enfrenta a Cuba y Rusia
C. DIAZ / Agence France Presse
LA HABANA
El sorpresivo anuncio ruso de clausurar una base de espionaje
electrónico en Cuba puso en tensión las relaciones entre
La Habana y Moscú, dos ex aliados que
escogieron distintos modelos al finalizar la Guerra Fría.
El gobierno de Fidel Castro expresó el miércoles
por la noche su ``absoluto desacuerdo'' con la decisión del mandatario
ruso Vladimir Putin de cerrar la estación de
espionaje electrónico que su país tiene instalada
desde 1964 en Lourdes, 60 kilómetros al sur de La Habana.
La medida rusa, anunciada el miércoles, fue adoptada en
``el momento más inoportuno'', según un comunicado de las
autoridades cubanas. El documento alega que,
tras los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington,
el gobierno estadounidense lleva a cabo ``una política agresiva
y belicista''. Desmantelar el
centro de espionaje es ``un mensaje y una concesión al
gobierno de Estados Unidos que constituiría un grave peligro para
la seguridad de Cuba'', afirma el documento.
Por su parte, el Kremlin rechazó el jueves las críticas
cubanas y recomendó a La Habana ``leer'' de nuevo la declaración
de Putin, en la que aludió al ``mundo
rápidamente cambiante'' y a las nuevas ``prioridades''
de la lucha contra el terrorismo internacional.
Un portavoz oficial mostró una indiferencia desacostumbrada
en relación con las acusaciones cubanas y recordó que Putin
justificó el cierre inmediato del centro de
Lourdes con la necesidad de no desviar recursos económicos
de Defensa a ``tareas secundarias''.
``Ahí está todo'', declaró a EFE con sequedad el portavoz del Kremlin, al subrayar la declaración de Putin y admitir que estaba al tanto de la agria crítica cubana.
``Tras un análisis profundo y detallado de la situación
y largas negociaciones con los socios cubanos, se ha considerado razonable
evacuar de Cuba nuestro centro
radioelectrónico'', dijo Putin, quien afirmó que
el gobernante cubano ``ha sido informado de ello''.
Cuba, último país comunista del hemisferio occidental,
figura en un listado emitido por el Departamento de Estado norteamericano
como una de las siete naciones que
apoyan actividades y movimientos terroristas en el mundo.
Putin adujo la necesidad de reducir los gastos de defensa rusos
para justificar el cierre de Lourdes. Pero de hecho, existe una política
de acercamiento entre Moscú y
Estados Unidos desde el derrumbe de la Unión Soviética
en 1991, y Rusia desea que Estados Unidos tome iniciativas equivalentes.
``Es evidente que nosotros esperamos medidas recíprocas.
Los centros de inteligencia electrónicos estadounidenses creados
en el período de la Guerra Fría continúan
sus actividades en países vecinos de Rusia'', precisó
ayer la cancillería rusa.
El presidente estadounidense George W. Bush saludó la decisión rusa y afirmó en un comunicado que este episodio ``es otra indicación de que la Guerra fría terminó. El presidente Putin entiende que Rusia y Estados Unidos ya no son adversarios''.
Ambos mandatarios tienen previsto un encuentro el próximo
domingo en Shanghai, donde participan de la cumbre del Foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico (APEC).
© 2001 El Nuevo Herald