Grave carencia de agua en La Habana tras el huracán
Reuters
LA HABANA
La capital cubana enfrenta una carencia casi total de agua potable tras el paso del huracán Charley, que derribó gran parte del tendido eléctrico e impidió el bombeo hacia los hogares, mientras las autoridades pedían calma y disciplina para enfrentar la emergencia.
Un charco en el suelo formado por una cañería rota es la principal fuente de abastecimiento para varias familias de un barrio en la ciudad, que hacen filas con cubos y botellas con el fin de recoger del piso algo de agua.
En otros sitios, la gente se agolpa ante los camiones cisterna.
El huracán que azotó el occidente del país en la madrugada del viernes derribó, en su recorrido de dos horas por la isla, ocho torres de alto voltaje en la zona Mariel, que abastece a La Habana y la zona tabacalera de Pinar del Río.
''Tenemos problemas serios con el agua, muy serios. Han pasado cuatro días y no hay señales de que se vaya a solucionar. La cosa está muy lenta'', comentó un hombre de 60 años que intentaba llenar una cubeta con el hilo de agua de una pequeña manguera.
El optimismo de la llamada ''fase reconstructiva'' después del huracán, se ha ido borrando lentamente al menos de los rostros de quienes llevan cuatro días acarreando agua hasta sus hogares en condiciones higiénicas precarias y con más de 30 grados Celcius de temperatura.
La empresa Aguas de la Habana informó ayer que se mantienen sin energía las principales fuentes de abastecimiento eléctrico, que permiten el envío de agua a ocho municipios del centro y oeste de la capital.
''Se trabaja activamente para restablecer el servicio lo antes posible y al recabar la comprensión de la población solicita su apoyo en ahorrar al máximo tan imprescindible líquido'', dijo la firma en un comunicado.
Un automóvil con altoparlantes recorre también las calles de la ciudad llamando a la calma y a la disciplina para superar la carencia de agua.
Las reparaciones en las instalaciones eléctricas destruidas por Charley podrían demorar aún varios días. El huracán dejó a su paso más de 40,000 viviendas dañadas de las que 30,000 se concentran en la provincia de La Habana.
El vicepresidente Carlos Lage, quien recorrió ayer algunas de las zonas afectadas, dijo que aunque no hay todavía una cuantificación de los daños totales ``sí se puede asegurar que la nación tiene capacidad de responder a cada una de las dificultades''.
''Resolveremos las dificultades y como siempre, saldremos adelante'', recalcó.