Sobrevive Cuba por la ayuda externa
Jamás nación alguna ha recibido subsidios iguales a los
de Cuba, afirma el
profesor Antonio Jorge
Por ARIEL REMOS
Antes, fueron los subsidios soviéticos. Ahora, los factores extra-económicos
externos.
A pesar de que desde hace años Cuba ha estado viviendo bajo los
efectos de una
economía de supervivencia, ésta no ha colapsado, como era
de esperar. Pero hay
razones para ello. De acuerdo con el Dr. Antonio Jorge, profesor de economía
y
relaciones internacionales de la Florida International University (FIU),
"el sistema
económico cubano no ha colapsado simple y sencillamente porque ha
sido
sostenido por motivos extra-económicos muy bien definidos, desde
el exterior".
"De haber sido dejado a su propia suerte, ineluctablemente hubiera devenido
en
una situación similar a la de Cambodia", dijo después, agregando:
"El propio Fidel
Castro anticipó esa posibilidad, cuando inseguro del volumen de
ayuda exterior
que recibiría, manifestó que el Período Especial por
el que estaba pasando la
nación, pudiera empeorar radicalmente, llegando a la tan temida
Opción Cero".
Tal debía ser el cuadro que hubiera tomado lugar en Cuba, si el
país hubiera
tenido que depender de sus propios recursos y no hubiera recibido múltiples
ayudas financieras del exterior.
FACTORES EXTRA-ECONOMICOS EXTERNOS
El profesor pasó a ilustrar sus afirmaciones:
1. Cifras que se han venido calculando desde hace años y que en
el presente se
encuentran confirmadas por estudios de la CEPAL (organismo de la ONU),
indican que el valor total de la ayuda económica de los exiliados
a la Isla, fluctúa
entre los $800 millones y los $1,000 millones anuales.
2. De acuerdo con cifras oficiales del Departamento del Tesoro de EE.UU.,
el
valor total de la llamada ayuda humanitaria que recibe Cuba de las organizaciones
no gubernamentales de EE.UU., ha sido aproximadamente de $500 anuales en
los
últimos 6 años.
3. Cuba recibe ayuda internacional de gobierno a gobierno por un valor
adicional
de alrededor de $100 millones anuales. Y
4. Por razones políticas de diversa índole, las naciones
asociadas comercialmente
con Cuba, le han permitido al régimen incurrir en un déficit
anual de su balanza
comercial que ascendió a $1,355 millones en 1996, y $1,710 millones
en 1997, y
que se sospecha que pueda rebasar los $1,800 millones en el presente. Como
ilustración de lo anterior, comenta el Dr. Jorge que el valor total
de las
exportaciones de mercancías de Cuba en el año 97, ascendió
sólo a $1,850
millones. En cambio, las importaciones alcanzaron unvalor total de $3,560
millones, lo cual explica el déficit de $1,710 millones.
"En otras palabras", precisó Jorge, "el sistema económico
cubano es un sistema
puramente artificial, una entelequia sostenida por la habilidad del régimen
en
haberse procurado, a través de cuatro décadas, cuantiosos
subsidios y créditos
internacionales, que han ocultado la total falta de viabilidad del sistema".
CONTINUARA LA INVOLUCION ECONOMICA
El profesor advirtió que la involución económica en
Cuba continuará avanzando
irremisiblemente, siendo el proceso "tan obvio, que se deduce aun de las
propias
estadísticas oficiales". Y pasó a sustanciar aun más
sus afirmaciones, englobando
al final sus implicaciones en la situación general de la Isla.
De acuerdo con ellas, el año pasado la economía mostró
un estancamiento total, y
el gobierno parece aceptar que ese sería el caso también
en el presente año.
"Como se sabe, la economía nacional se contrajo en no menos del
40% a partir
de la caída del bloque soviético y hasta mediados de la presente
década. De
hecho sería necesario un crecimiento aproximado del 5% del Producto
Nacional
Bruto (PNB) por un período de cerca de 10 años para que la
economía retornase
a los niveles de 1985".
EL TALON DE AQUILES DE LA ECONOMIA CUBANA
El Talón de Aquiles de la economía castrista, continúan
siendo según Jorge la
escasez aguda de crédito y financiamiento comercial a corto plazo;
los intereses
usureros que debe el régimen abonar por los escasos préstamos
que logra
agenciarse (alrededor del 20%); el tope que ha alcanzado la deuda comercial
cubana con países como México, Argentina, Brasil, Japón,
Canadá y España,
entre otros, asociado todo ello al creciente e insostenible déficit
de la balanza
comercial cubana, que hubo de superar, como se dijo, los $1,200 millones
anuales en 1995 y 1996, y que, de acuerdo con declaraciones de Carlos Lage
y
otros, ha sido sustancialmente mayor el año pasado".
La coincidencia de esos factores crean una situación crítica
al régimen, cuya única
solución a corto plazo sería la obtención de créditos
billonarios de las instituciones
financieras internacionales y de la banca privada, sugiere el Dr. Jorge.
"Esto, a su
vez, se hace imposible por razón de la moratoria unilateral de pagos
de la deuda
externa que declaró el régimen en 1986, lo cual le impide
el acceso a las
mencionadas fuentes de financiamiento".
Otro índice bien revelador del deterioro de la economía,
de acuerdo con Jorge, es
la aguda necesidad de importar crecientes volúmenes de bienes de
consumo de
primera necesidad, para sostener el magro nivel de vida del cubano. "Esas
importaciones sobrepasan actualmente los $600 millones anuales, lo que
con las
importaciones de combustible que representan el 40% del total de las
importaciones, y sumado todo esto al total de importaciones de la industria
del
turismo (que alcanza a un 70% de los ingresos brutos de la misma), dejan
muy
poco espacio para importaciones económicas de carácter productivo".
A eso agrega Jorge que cerca del 70% de la planta manufacturera del país
se
encuentra seriamente afectada por falta de materia prima, equipo, maquinarias
y
piezas de repuesto, así como por el uso de tecnología soviética
obsoleta, que
requiere un alto consumo energético. Y si a ello se suma el sobreempleo
que es
típico de todos los países socialistas, "esto explica la
abismal falta de
productividad del sector manufacturero".
"Otro tanto ocurre con la industria azucarera, que se caracteriza por la
prevalencia
de una planta industrial deficiente y de descapitalización, así
como por graves
problemas estructurales en los sistemas de transporte y en los aspectos
organizativos de la industria", agregó Jorge, para continuar: "Si
a ello sumamos la
falta de mantenimiento en el equipo agrícola y en las tierras usadas
para la siembra
de caña, el cuadro de la industria no puede ser más desalentador".
"Añádase a esto", sigue diciendo, "la ineficacia de la agricultura
no cañera, en la
que más de las dos terceras partes de las unidades básicas
de producción son tan
ineficientes que, de acuerdo con el propio régimen, arrojan pérdidas.
Esto es
también cierto de casi el total de las cooperativas cañeras.
Por lo demás, los
principales renglones de la producción agrícola, desde el
azúcar a los productos
cítricos, el tabaco, y las ventas de frutos menores incluyendo el
arroz, han
mostrado en la presente década, un descenso de producción
promedio de más
del 50% con respecto a los niveles de los años 80. Esta desolada
situación
económica conduce, a su vez, a un círculo vicioso de pobreza
que dicta la
inexorable continuación de la involución o entropía
del aparato económico".
En efecto -continúa discurriendo el entrevistado- la falta de recursos
se refleja en
una disminución presupuestal de la inversión productiva que
en años recientes ha
fluctuado entre el 40 y el 60% en diversos sectores. De otra parte, por
razones
políticas obvias, ha sido imposible recurrir al plan de reestructuración
de las
empresas, anunciado en el 95, en el cual se contemplaba la cesantía
o
desvinculación de 500,000 a 800,000 empleados, y la disminución
radical en el
subsidio fiscal a las empresas, que fluctúa entre los 4,000 millones
y 5,000
millones de pesos anuales.
INUTILIDAD DE LAS REFORMAS PARCIALES
"De haberse llevado a cabo las indicadas reformas, el desempleo abierto
en la
economía hubiera llegado a no menos del 30% de la fuerza de trabajo.
Al no
poderse acudir a esas medidas draconianas, la economía está
condenada a una
perpetua y cada vez mayor ineficacia y falta de competitividad", dijo.
"Ello, a su
vez, es un impedimento insalvable para el aumento de las exportaciones
del país,
lo cual haría posible disminuir el insostenible y ya mencionado
déficit de la balanza
comercial".
Si a ello -continúa diciendo Jorge- se suma el fracaso del régimen
en la
negociación de proyectos de inversión extranjera, los cuales
en su totalidad no
alcanzan los $2,000 millones al presente, y ofrecen empleo a solo unos
60,000 o
70,000 empleados, "comprenderemos por qué los críticos problemas
de la
economía cubana no tienen solución, salvo un replanteo de
la propia naturaleza,
institucional de los sistemas político y económico de la
Isla.
"Baste apuntar, como se indicó más arriba, que el Talón
de Aquiles a corto plazo
del sistema radica en una deuda externa impagada a los países de
economía de
mercado, de $11,000 millones a $12,000 millones, (sin contar la deuda con
la
URSS que, de acuerdo con diversos cálculos, oscila entre los $30
mil millones y
los $80,000 millones, superiores con mucho al costo del Plan Marshall para
Europa después de la Segunda Guerra mundial); a lo que hay que agregar
una
acumulación insostenible de endeudamiento comercial que fluctúa
entre los $600
millones y $1,300 millones, con un gran número de socios comerciales
de Cuba.
Nótese en relación con esto que las remesas enviadas desde
el extranjero, no
llegan a la población de color del país, beneficiando a menos
del 5% de la
misma", apuntó Jorge..
Naturalmente -concurre Jorge- el pueblo cubano es el que paga en su propia
carne la hecatombe económica del régimen. "Como se sabe,
el contenido de la
llamada libreta de racionamiento ha ido disminuyendo hasta el punto en
que la
misma satisface escasamente las necesidades mínimas del consumidor
por un
período de dos semanas, lo cual deja al consumidor común
y corriente, a merced
de su propio trasiego para sobrevivir el resto del mes en los mercados
del dólar.
No debe asombrar según Jorge que el consumo promedio de calorías
por
persona, haya disminuído de 2,900 a principios de la Revolución,
a cerca de
1,500 en el presente. "Debe también notarse la tasa de mortalidad
en personas
mayores de 60 años, que ha aumentado en más de un 5% en los
últimos años".
La incidencia de la tuberculosis es señalada también por
Jorge, con un incremento
notable de un 6 a un 12% por cada 100,000 habitantes, así como otra
serie de
enfermedades como la neuritis óptica, que se han hecho comunes en
la Isla.
En el campo de la educación se ha experimentado una mengua de 400,000
alumnos matriculados en escuelas secundarias en los últimos años,
así como un
descenso en la matrícula universitaria de cerca del 50%.
Notables recortes en los sistema de transporte, sanidad, hospitalización
y salud
pública en general, han tomado lugar también según
Jorge, a la vez que el déficit
en el monto de unidades de vivienda sobrepasa el 1.1 millón de unidades.
"Curiosamente, el tan cacareado sistema social de Cuba, muestra un mayor
grado
de desigualdad en la distribución del ingreso, que la de prósperos
países de
economía de mercado como Taiwan y Corea del Sur. Vale la pena observar
que
el 82% de las cuentas bancarias en Cuba, está en manos de solo el
13% de los
depositantes".
Finalmente: "Lo anterior, añadido al estancamiento de las débiles
y superficiales
reformas económicas iniciadas en 1993 y descontinuadas en 1995,
confirma hasta
la saciedad que todo paliativo encaminado al mantenimiento del actual sistema,
sólo sirve para prolongar la agonía del pueblo cubano", observó
el Dr. Jorge.
(En futuras entrevistas se tratará algunos de los problemas para
la Cuba del
futuro, que se derivarán de la forma en que tenga lugar la transición
política de la
nación).