Reconoce el Gobierno el aumento de la fe religiosa
Agence France Press
LA HABANA
El fervor religioso aumentó en Cuba durante la década de los 90 debido a una mayor apertura política, las condiciones de crisis económica y un cambio de perfil dentro de las distintas iglesias, coincidieron ayer un grupo de religiosos y especialistas nacionales que disertaron sobre el tema.
Durante esos 10 años "ha crecido la significación del concepto religioso'' en la gente, aseguró Jorge Ramírez Calzadilla, quien dirige el Departamento de Estudios Socio Religiosos, una institución adscrita al Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Ramírez Calzadilla integró una mesa redonda sobre
"Cuba, reanimación religiosa en los 90'', con la cual se inauguró
en La Habana el III Encuentro Internacional de
Estudios Sociorreligiosos, que se desarrollará hasta el
viernes con la participación de más de 200 especialistas
procedentes de 16 países.
El funcionario opinó que ese crecimiento se registró en todas las manifestaciones religiosas practicadas en la isla, donde prevalace una ``religiosidad popular'', mezcla de cristianismo, cultos de origen africano y espiritismo, que la hace espontánea y ``muy vinculada a la vida diaria''.
Investigaciones del Departamento de Estudios Socio Religiosos
calculan que un 85% de la población cubana de 11.2 millones de habitantes
tiene algún sentimiento
religioso, en tanto el 15% restante se declara ateo.
Entre quienes afirman tener alguna creencia, el 15% profesa una
religión institucionalizada, mientras que el otro 70% señala
su opción dentro de la denominada
religiosidad popular.
La década de los 90 trajo aparejado el derrumbe del bloque soviético, lo que significó para Cuba una fuerte y larga crisis económica, así como una soledad política que acentuó la tendencia individual a la profesión de algún credo religioso para atenuar ese impacto.
También a principios de esa década, el gobernante Partido Comunista -que hasta entonces había hecho prevalecer el ``ateísmo científico'' en la sociedad- abrió sus filas a los creyentes, mientras que la Constitución fue modificada para abolir toda discriminación por motivos de credo y convertir al Estado de ateo en laico.
Esa apertura puso fin a las fuertes contradicciones de los años
60 entre el estado marxista y los religiosos, que algunos disertantes describieron
como de una
"discriminación marcada'' y una "presión social
fuerte'', entre otros calificativos.
Para monseñor Carlos Manuel de Céspedes, figura histórica y relevante de la Iglesia Católica Cubana, una sucesión de acontecimientos marca desde 1978 hasta los 90 un retorno de los fieles a los templos y la incorporación de los jóvenes al catolicismo.
Entre esos puntos, el prelado destacó el diálogo con la comunidad cubana en el exterior de 1978; el éxodo masivo de Mariel en 1980; el libro Fidel y la Religión publicado en 1985; la entrevista de los Obispos con el gobernante Fidel Castro en 1985 tras 24 años de incomunicación y la visita del papa Juan Pablo II, en 1998.
Para el pastor evangelista Reynerio Arce, el renacimiento religioso de los 90 es resultado del ``testimonio y la acción de los cristianos que no se fueron'' de la isla y que lograron paso a paso revitalizar la actividad de sus iglesias.
El investigador judío Arturo López Levy, señaló que la década pasada marcó "una nueva etapa histórica'' en la comunidad hebrea en Cuba.
© 2001 El Nuevo Herald