`Asere', en Cuba no te dejan vivir
MANUEL VAZQUEZ PORTAL
La Habana-- Ser negro en Cuba es como tener un cartel en la frente
que
diga ``delincuente peligroso''. ``No te dejan vivir, `asere',
no te dejan
vivir'', afirmó Nemesio la otra tarde y luego siguió
explicando: ``En una
sola calle, aunque tú andes más compuesto que un
figurín, te piden el
carnet tres veces y al final, aunque no te hayas espantado ni
una mosca
del hombro, te montan en un camión o en un patrullero
y te mandan para
la estación de policía y allí, con un poco
de suerte, te pasas tres o cuatro
horas esperando a que comprueben que tú no estás
en nada y, sin
siquiera pedirte disculpas, te sueltan y vuelve la historia,
porque apenas
vuelves a coger la calle te vuelven a pedir el carnet, te vuelven
a cargar,
te vuelven a sonar tres o cuatro horas en la estación
y te vuelven a soltar.
En un solo día puedes, nada más que por ser negro,
caer preso un par
de veces''.
Sin embargo la constitución, los periódicos y los
discursos de los jefes
dicen que no hay racismo en Cuba.
Vaya prueba de lo contrario esto que acabo de contarle. Y no sólo
negro, si eres mujer no te atrevas a estar buenota y andar vestidita
a la
moda (que es como decir uniformada, porque aquí toda la
ropa que
venden es igual). Te confunden con una jinetera y no hay manera
de que
no te falten el respeto cada dos cuadras. Se te acerca esta vez
una
policía con cara de envidia o un policía con ojos
libidinosos, te mira de
arriba a abajo, te pide el carnet y si no estás clara
también te mandan
para la estación. Si sales bien y no te conducen (como
dicen ellos), no
creas que te piden disculpas ni mucho menos. Nada de eso, aumentan
la
falta de respeto cuando tratan de explicarte: ``Es que pareces
una
jinetera, mijita''.
No se puede afirmar que en Cuba haya racismo ni discriminación
de la
mujer. Lo que ocurre es que la población mayoritaria de
la nación está
compuesta por mujeres y negros o mestizos y, como la economía
anda
patas arriba, se ha desarrollado vertiginosamente la prostitución
y la
delincuencia.
El estado está desesperado y toma medidas desesperadas.
La policía
sale a la calle bajo este desespero y al primer negrito o buena
hembra
que se les atraviese, ahí mismo le echan el guante. Ellos
no tienen la
culpa, la culpa hay que buscarla en otro lado. La policía
es solamente un
instrumento, que mal usado puede crear más problemas que
los ya
existentes. ``Por lo pronto ande al hilo, que el sol de los trópicos
pone
oscurito a cualquiera''.
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