IRENE VIZCAINO
--De la redacción de La Nación
San José -- Improrrogables seis meses.
Este es el plazo que tiene la
Dirección de Aviación Civil
para corregir todos los problemas de
seguridad, mantenimiento de aeronaves,
capacitación y normas
desactualizadas durante años.
De no hacerlo, la Agencia Federal de Aviación
Civil de los Estados
Unidos (FAA) colocaría al país
--actualmente en la categoría uno de
seguridad aérea-- en la número
dos. Y, en seis meses más, caería en la
última, de acuerdo con el asesor
de la Dirección de Aviación Civil,
Alvaro Durán.
¿Qué significa? Pues que Costa
Rica no podrá aumentar a partir de abril
de 1999 el número de aviones que
vuelan a esa nación norteamericana,
en este caso los de Líneas Aéreas
Costarricenses S. A. (LACSA), ni
tampoco las frecuencias. Es decir, se quedaría
estancada, lo que
afectaría al sector turismo.
Esto, porque inmediatamente el gobierno
estadounidense enviaría una
nota a las agencias de viajes para decir
que volar en Costa Rica es
inseguro.
``Sí, le tenemos miedo. Las consecuencias
son la reducción de oferta de
transporte, la disminución potencial
de visitantes al país, sin dejar de lado
lo que para la gente significaría
que le digan inseguridad'', reconoció
Mario Socatelly, vicepresidente de la Cámara
Nacional de Turismo
(Canatur).
El estado también perdería,
porque Lacsa tendría dificultades para pagar
impuestos y servicios de aeropuerto.
Se intentó conocer con más
amplitud los efectos en esta compañía, pero
los autorizados para contestar, tanto del
grupo Taca como de Lacsa se
encontraban en Portugal y Estados Unidos,
según manifestó Mario
Cordero, gerente de relaciones públicas.
No es nueva
Pero esta llamada de atención no
es nueva, todo lo contrario, la FAA
-organismo estadounidense responsable de
desarrollar y mantener un
sistema de control de tráfico aéreo
en los vuelos desde Estados Unidos y
hacia allá- dio el ultimátum
al país en la administración pasada, que según
las palabras de Durán, trató
de resolver el problema ``con diplomacia y
promesas''.
En aquel momento se elaboró un plan
de 196 pasos, de los cuales según
las nuevas autoridades en materia de aviación,
no se concretó ni uno.
Actualmente, Costa Rica aparece clasificada
en la categoría uno, es
decir, no tiene ninguna restricción
de vuelos a los Estados Unidos. En la
dos entraría en esa condición
y ya en la tres, implicaría la total
prohibición.
Guatemala, por ejemplo es uno de los países
que se encuentra en la
categoría dos; Nicaragua, en la
tres. En el caso de El Salvador, estuvo
en la dos y tardó dos años
en ascender a la uno.
De emergencia
Convencidos de que la FAA no dará
más tiempo ni será tan benevolente
como en el pasado, ya entró en ejecución
un plan de emergencia para
atender los principales problemas. A grandes
rasgos son:
Ausencia de personal capacitado
para realizar labores de certificación
de pilotos, inspección de talleres
de mantenimiento, escuelas de aviación
y compañías fumigadoras.
Desactualización en conocimientos y normas de seguridad.
Una Ley de Aviación Civil obsoleta, lo mismo que los reglamentos.
Frente a ellos, se cuenta con un cronograma
de acciones que empezó
semanas atrás y concluirá
en año y medio. Para entonces, la aviación del
país podría dar un respiro.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald