Los Pepes eran hijos de la avaricia de Escobar
GERARDO REYES/ El Nuevo Herald
BOGOTA
Los narcotraficantes Rodríguez Orejuela no
estaban solos en su guerra contra Pablo
Escobar.
Desde la cárcel de La Catedral, donde se entregó
en junio de 1991, Escobar estaba criando a sus
propios enemigos.
El narcotraficante decidió perseguir a sus socios
en el negocio de las drogas por no contribuir con
las cantidades cada vez más altas que exigía
para mantener su guerra terrorista contra el
Estado.
Fue entonces cuando los hermanos Miguel y
Gilberto Rodríguez, jefes del Cártel de Cali,
comenzaron a recibir visitas de ex colaboradores
de Escobar que buscaban venganza y protección.
Un hecho sangriento fue determinante para la
formación de Los Pepes (Perseguidos por Pablo
Escobar). El 4 de julio de 1992, Escobar ordenó
la ejecución en la cárcel de La Catedral de
Fernando Galeano y Gerardo Moncada,
narcotraficantes que estaban libres y gozaban del aprecio de los demás
miembros del Cártel de Medellín.
Según el testimonio del narcotraficante confeso Luis Ramírez,
Escobar ordenó la
ejecución al enterarse que los Galeano y los Moncada tenían
escondidos unos
$20 millones para evadir el pago de sus cuotas al capo de Medellín.
"La gente piensa que Pablo Escobar era uno de esos narcos dedicados
al
negocio que se sentaba a planear una ruta, un cargamento, a hacer contactos
y
todo eso", dijo un ex colaborador de Los Pepes, identificado como Rubén.
"Pero
eso era un mito. Escobar era un zángano que lo que hacía
era cobrar,
extorsionar, llamar a los narcos para exigir su aporte con una condición
que no
podían incumplir: o paga o se raja".
Muchos se rajaron pero otros sobrevivieron y decidieron unirse para
combatir a
Escobar, cada uno con su razón personal.
Entre quienes se sentían más amenazados por Escobar se
encontraban los
hermanos Fidel y Carlos Castaño, veteranos combatientes de la
guerrilla en las
zonas del Urabá antioqueño y del Magdalena Medio. Los
hermanos se salvaron
de ser ejecutados por Escobar debido a que el día en que tenían
que llegar a la
cárcel a una cita, se presentó un derrumbe en la vía,
según explicó una fuente
que pidió no se identificada
Enterados de la masacre de sus amigos Galeano y Moncada, los Castaño
se
reunieron con los cabecillas del Cártel de Cali y acordaron
la creación de un
frente que tendría como objetivos cortar las fuentes de financiación
de Escobar,
destruir sus propiedades y hostigar a su gente.
El grupo sería autofinanciado por sus propios integrantes, explicó
Rubén. Según
un testimonio rendido ante la fiscalía, el nieto de un ex presidente
de la
República hizo aportes económicos tras enterarse de que
su hermano fue
asesinado por Escobar.
Los Pepes hallaron otra mina de ingresos: Intimidados por las amenazas
de Los
Pepes, varios socios de Escobar entregaron sus contribuciones a la
organización.
En este proceso, agregó Rubén, era inevitable encontrarse
con la gente del
gobierno y los americanos que también seguían a Escobar.
"Era una relación cordial, de mutua conveniencia. Se compartía
información",
explicó.
"Ellos sabían que nosotros llegábamos más rápido
a la gente de Escobar para
apretarlos, y darles el ultimátum: si está con él,
está contra noso tros".
La racha de atentados se inició a finales de enero de 1993.
Los Pepes detonaron dos carros bombas en tres conjuntos residenciales
donde
vivían familiares de Escobar. A principios de febrero incendiaron
la casa finca
donde el capo guardaba originales de Picasso y Dalí, y el 17
de febrero le
prendieron fuego a un depósito en el que Escobar mantenía
una valiosa
colección de automóviles antiguos.
Hasta ese punto, en el que los daños eran materiales, muchos
colombianos
simpatizaban discretamente con las acciones de Los Pepes.
Pero la sed de venganza amplió los límites de la guerra.
En menos de dos meses, fueron asesinados cuatro abogados de Escobar
y un
arquitecto. Los Pepes mataron al principal abogado de Escobar, Guido
Parra.
"Nunca estuve de acuerdo con eso", explicó Rubén "Los
abogados hubieran sido
más útiles vivos que muertos para la causa de Los Pepes,
pues ellos eran los
que sabían dónde estaba la plata".