GERARDO REYES
El Nuevo Herald
La ex primera dama de Colombia Jacquin Strouss reveló la
semana
pasada un secreto que mantuvo durante largo tiempo: el palacio
presidencial fue objeto de una acto de brujería.
Alguien puso en varios lugares de la Casa de Nariño unas
bolsitas negras
en forma de mariposa que tenían en su interior dientes,
tierra, pelos, un
dólar partido por la mitad y medallas de San Benito patas
arriba, dijo la
señora del presidente Ernesto Samper a la revista Semana
en vísperas de
Halloween.
Asombrados por el extraño descubrimiento, el Presidente
y su esposa
pidieron al capellán de palacio, Guillermo Melguizo, que
hiciera una
oración de exorcismo, a lo cual el sacerdote accedió.
En Colombia nunca se supo el significado que tenían los
objetos
encontrados en las bolsas. En Miami, sin embargo, ya hay varios
expertos que tienen una idea, y uno de ellos dice que el exorcismo
no
sirve.
Rigoberto Zamora, veterano practicante y estudioso de las religiones
afrocubanas de Miami, dijo a El Nuevo Herald que los objetos
encontrados son implementos usados en la religión Palo
Mayombe para
hacer daño a la gente. En este caso, dijo el santero,
a todo el país.
La tierra, según Zamora, es la representación de
Colombia; el diente
significa la muerte; el dólar partido es un conjura para
que la economía se
vaya a la quiebra; el pelo es la energía de la gente,
y las medallas son
para que el pueblo se rebele.
``Todo eso combinado, metido en una bolsa negra, es para crear
el
caos'', explicó Zamora. Pero lo más grave es que
el exorcismo no
funciona para acabar con estos hechizos, agregó.
``La brujería sólo se rompe con otra brujería''.
Así que Zamora recomendó al presidente Andrés
Pastrana, el nuevo
inquilino de la casa presidencial, y de quien se dice que es
bastante
supersticioso, que contrate un brujo, ojalá un `palero'
o practicante de la
religión Palo Mayombe, para que se rompa el hechizo siguiendo
estos
pasos:
Hacer en el piso de la habitación donde se
encontraron las bolsas lo
que se conoce como una ``firma'', o dibujos con flechas y figuras
alegóricas de animales.
Pastrana, quien asumió el cargo en agosto, no ha comentado
el
espeluznante relato de la esposa del ex presidente, ni tampoco
ha dicho
si los recientes y costosos arreglos que se le hicieron a la
casa en la que
Samper pasó los peores años de su vida tenían
como objetivo, entre
otras cosas, borrar el rastro de cualquier conjura.
Las bolsas con los extraños objetos fueron descubiertas,
según la ex
primera dama, por una bruja de la ciudad de Pereira que fue invitada
a la
casa presidencial luego de que le comentó a una amigo
de Samper que
ella estaba segura de que al Presidente le estaban haciendo brujería.
``La pitonisa viajó un fin de semana a Bogotá'',
dice la revista. ``Fue así
como descubrió que había en la antesala del despacho
presidencial, en el
propio despacho y en el escritorio de la secretaria privada,
unas bolsitas
negras''.
En su recorrido, la bruja pereirana logró, según
Semana, identificar a la
persona que las había puesto.
``La persona que se sienta aquí es la que está dejando
esas bolsas'', dijo
la bruja. Era el escritorio de una secretaria que fue inmediatamente
despedida.
En Palacio se rumoraba que la secretaria, según Semana,
era amiga de
Elizabeth Montoya de Sarría, una acaudalada coleccionista
de diamantes
vinculada al narcotráfico y que apareció muerta
en febrero de 1995 en
un apartamento de Bogotá en el que vivían dos santeros
cubanos.
Montoya, más conocida como la ``mona retrechera'', había
prometido a
la fiscalía colombiana entregar pruebas que comprometerían
a Samper en
la financiación de la campaña presidencial con
fondos del narcotráfico.
Su esposo, Jesús Sarría, arrestado por cargos de
enriquecimiento ilícito,
es conocido como un jerarca de una religión afrocubana.
Al preguntarle qué pensaba de todas estos maleficios, la
ex primera
dama respondió a la revista:
``Nosotros teníamos tiempo sólo para pensar en los
vivos que nos
estaban asustando''.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald