CASTRO ORDENO DERRIBO DE AVION ESTADOUNIDENSE
La Habana
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La Nueva Cuba
Sentados en una misma mesa, los protagonistas de la crisis de los cohetes
nucleares se asombran 40 años después de lo cerca que estuvieron
Cuba,
Estados Unidos y la Unión Soviética de una guerra nuclear.
Aunque son conocidos muchos de ellos, al desempolvar algunos documentos
secretos durante una conferencia sobre ese conflicto aquí, sale
a la luz una cosa
clara: el silencio de las armas atómicas dependió de un hilo.
La guerra se evitó por "un margen estrecho", comenta ahora Thomas
McNamara,
el ex secretario de Defensa del entonces presidente John F. Kennedy.
McNamara asiste a la conferencia sobre la crisis de los misiles en un palacio
de
convenciones de La Habana, que tiene en Fidel Castro al único dirigente
sobreviviente del añejo conflicto. Kennedy fue asesinado en 1963
y el primer
ministro soviético Nikita Khrushchev murió en 1971.
Uno de los hechos que pudo desencadenar muy bien la guerra fue el derribo
de un
avión de reconocimiento estadounidense el 27 de octubre de 1962
en la provincia
de Oriente.
La parte cubana en la conferencia divulgó entre sus documentos uno
que se refiere
a ese incidente registrado meses después de que los dirigentes norteamericanos
y
soviéticos acordasen el retiro de los proyectiles con cabezas nucleares
del
occidente de la isla.
"Se estuvo a punto de una catástrofe", reitera McNamara, quien dijo
que buena
parte de los asesores de Kennedy abogaba por una invasión a la isla.
Según el documento cubano, el avión estadounidense había
realizado varias
misiones de espionaje. "En este avión fueron encontradas películas
fotográficas de
diferentes tamaños, incluyendo una que por su ancho permite fotografiar
una faja
de terreno de 130 kilómetros", dice el texto.
Los servicios de inteligencia estadounidenses pudieron tomar imágenes
de los
cohetes con cabezas nucleares en el occidente de la isla, que desencadenaron
la
crisis.
Días antes de ese suceso, Castro -- en una reunión con el
Estado Mayor General
-- señalaba que era hora de disparar a los aviones rivales que sobrevolaban
territorio cubano, según otro documento divulgado durante la conferencia.
"Hay que empezar a dispararles algunos tiros porque ya tienen un 'relajito'
armado.
Aviones que estén volando dentro del territorio a 200 pies tenemos
que
tumbárselos", recomendaba en ese entonces el joven comandante Castro.
"No tenemos ninguna razón de política, de nungún tipo...
que nos impida
tumbarles un avión que vuele sobre nosotros", agregó. Hay
que dejarlos "fritos".
En esa reunión Castro y los jefes militares hablaron sobre los preparativos
militares para enfrentar una invasión norteamericana.
Un militar cubano pensaba en ese momento que la invasión no era
inminente,
según el documento.
"Nuestra opinión, por los datos concretos que tenemos, es que no
hay ninguna
evidencia de ninguna agresión inmediata, sino más bien que
ellos van a llevar a
cabo el bloqueo y, si surge una situación grave" hay la posibilidad
de que se
movilicen, decía en ese entonces a Castro el capitán Pedro
Luis.