Ejército de Chile rinde tributo al asesinado general Prats
Associated Press
SANTIAGO
El ejército rindió ayer un inédito tributo a su ex comandante, general Carlos Prats, asesinado hace 30 años en Argentina, donde buscó asilo tras el golpe militar de 1973, al que se opuso. Las investigaciones en Argentina y Chile han indicado responsabilidad de la policía secreta de la dictadura del general Augusto Pinochet en el asesinato.
El actual jefe del ejército, general Juan Emilio Cheyre, calificó el homicidio de ''irracional'' y dijo que el tributo a Prats fue ``una decisión institucional vinculada al honor militar''.
Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, murieron cuando una bomba voló su automóvil al llegar a su hogar en Buenos Aires.
En Argentina, fue sentenciado a cadena perpetua por el asesinato el ex agente de la policía secreta de Pinochet, Enrique Arancibia Clavel.
En Chile, la investigación no ha concluido, pero están procesadas siete personas, incluidos los dos máximos jefes del mismo servicio secreto.
Sofía Prats, hija del extinto general, insistió ayer en que ''en el juicio está configurada'' la responsabilidad del régimen de Pinochet en el atentado.
``Por esa razón, en Argentina se pidió la extradición de Pinochet, que aquí no se concedió, ni tampoco fue sometido a proceso, por razones de salud''.
Pinochet ha negado responsabilidad, diciendo que incluso cuando Prats se fue a Argentina, él le proporcionó una escolta de seguridad hasta la frontera.
El homenaje fue realizado junto a las tumbas de Prats y su esposa en el Cementerio General de Santiago, con honores militares y asistencia de las salientes ministras de Defensa, Michelle Bachelet, y de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, y familiares del matrimonio. El oficio religioso estuvo a cargo del cardenal Francisco Javier Errázuriz.
Prats renunció a la jefatura del ejército el 23 de agosto de 1973 en medio de una aguda crisis política y social. El entonces presidente Salvador Allende escogió para reemplazarlo a Pinochet, quien lo derrocó 19 días después.
Cheyre dijo que ''este acto puede servir, ser ejemplo de madurez cívica, de reconciliación, de justicia y reparación'' y recordó que el ejército ``juzgó con suma severidad en el pasado las actuaciones de su ex comandante en jefe''.
En la etapa final del gobierno de tres años de Allende, Prats fue ministro del Interior y de Defensa, cuando el mandatario incorporó a los militares a su gabinete en busca de estabilidad.
Esa decisión de Prats le valió severas críticas desde los círculos militares que se instalaron en el poder tras el golpe, y de la derecha política.
Cheyre dijo que la institución busca aportar a ``superar las heridas, las diferencias odiosas, todo resabio pretérito que nos divida''.