El Nuevo Herald
18 de noviembre de 2001

Iglesia y masones chilenos en guerra non sancta

 MAURICIO MONTALDO
 Santiago de Chile

 Los masones chilenos estimaron conveniente abrir un espacio a la libertad de pensamiento en el país, al emitir una pública declaración sobre el divorcio, el aborto y la píldora del día después, lo que ha provocado una cuasi ``guerra santa'', pues nada demoró la Iglesia Católica en salir al encuentro de quienes piensan distinto, en una nación donde el criterio eclesiástico ha influenciado trascendentales decisiones políticas. Chile dispone también de una de las más fuertes y reconocidas organizaciones masónicas en Latinoamérica, creada hace 140 años.

 Hace pocas semanas, la Gran Logia de Chile planteó la posibilidad de darle a cada persona la capacidad de decidir en determinado momento, de acuerdo a sus
 convicciones, practicarse o no un aborto. Y expresó la necesidad de legislar sobre el divorcio, pues es éste el único país que no lo permite, recordando, de paso, que en las 40 naciones más católicas del mundo, se ha legalizado el aborto. También cuestionó a quienes objetan el consumo de la llamada ``píldora del día después''.

 La Iglesia se sintió tocada y salió en defensa de sus ideas, reavivando una vieja polémica entre católicos y masones sobre principios valorativos. ``Las organizaciones religiosas tienen derecho a imponer su criterio a sus adherentes, pero no pueden pretender que se obligue de igual manera a la sociedad entera'', enfatizó Jorge Carvajal, gran maestro de los masones chilenos y rector de la Universidad de la República.

 ``Debe existir una ley que regule el aborto terapéutico y que dé la opción a la persona ante razones íntimas, evitando así el aborto clandestino. Abogamos por la libertad y rechazamos la afirmación de que el uso de anticonceptivos es un incentivo a embarazos no deseados'', dijo.

 El portavoz católico, sacerdote Joaquín Allende, declaró al diario La Segunda que la Iglesia ``sólo propone al país, no impone. No nos dejamos tapar la boca cuando tenemos la obligación de hablar''.

 ``Los masones no le estamos diciendo a la Iglesia que no se exprese, puesto que practicamos la tolerancia. Pero no pueden plantear que no se legisle sobre divorcio, por ejemplo, en consecuencia que la ley se le va a aplicar después a todo el mundo, sean católicos o no. También hay que considerar el criterio disidente'', apuntó Carvajal.

 El presidente, Ricardo Lagos, que calificó al vapuleado proyecto de ley sobre divorcio como ``de protección a la familia'', dijo que la confrontación pública
 Iglesia-masonería ``forma parte del debate democrático que enriquece al país''.

 Los masones reiteraron que la presión religiosa sobre el trabajo legislativo ha existido siempre, pero ``jamás en términos de un intervencionismo abierto, como ocurre ahora''. El conservador obispo chileno Jorge Medina pidió recién no votar en diciembre próximo por los candidatos a diputados y senadores que apoyen el divorcio y el aborto. La intervención molestó incluso al gobierno. Y Carvajal añadió que veía en la autoridad católica ``un fundamentalismo renovado que pretende reeditar la intolerancia que en otras épocas llevó a la gente a la hoguera''.

 El cardenal Francisco Javier Errázuriz entró a la polémica y recordó la época dictatorial al asegurar que el compromiso de la Iglesia con los derechos humanos fue tal, que ``numerosos masones se beneficiaron cuando otras instituciones no los protegían''. Y que ante una eventual ley de divorcio sólo hay que preguntarse ``¿En qué beneficia al país? ¿Favorece a la familia y a los hijos?''

 ``Nuestra postura es pro vida'', aseguró el gran maestro, que dirige los destinos de 108 logias chilenas con alrededor de 50,000 masones activos. En Chile, numerosos estadistas han sido masones, desde el prócer Bernardo O'Higgins hasta los ex presidentes Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda y Salvador Allende. El libro Allende, Masón, recientemente publicado, obtuvo éxito de crítica y librería, al mostrar su autor, el periodista Juan Gonzalo Rocha, facetas desconocidas del malogrado mandatario, incluyendo la reproducción, en un disco compacto, de su última improvisada intervención ante sus hermanos masones, versión guardada secretamente por más de 30 años.

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