ADALID CABRERA LEMUZ
Associated Press
La Paz -- El ex dictador Luis García Meza, que gobernó
Bolivia entre
julio de 1980 y agosto de 1981, pactó con Roberto Suárez
Gómez,
entonces llamado ``El Rey de la Cocaína'', para sacar
a Bolivia de la
pobreza extrema, dijo el sábado el diario católico
Presencia.
Se basa en un libro escrito por Suárez Gómez desde
la cárcel en que
está confinado desde hace diez años. Anota allí
que los cabecillas de la
dictadura militar, encabezados por García Meza y su ministro
del
Interior, Luis Arce Gómez, le propusieron elaborar un
plan a base de la
producción y venta de cocaína, para financiar programas
estatales.
Dice que fue ``inducido a traficar cocaína no solamente
por el gobierno
de García Meza, sino por la Agencia de Lucha Antinarcóticos
(DEA) y
por la Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos''.
Sostiene que los militares que gobernaban Bolivia le dijeron que
no debía
espantarle la idea de delinquir ``porque era por una buena causa,
que era
la de promover el desarrollo y sacar a Bolivia de la pobreza''.
Revela que García Meza y su dictadura pusieron a su servicio
para darle
cobertura a un grupo de mercenarios extranjeros, principalmente
alemanes, austríacos e italianos, al mando del criminal
de guerra nazi
Klaus Barbie, que había logrado la residencia en Bolivia
con el nombre
de Klaus Altmann y actuaba como asesor de las dictaduras militares.
Suárez Gómez dice también que, en 1980, Estados
Unidos envió a
Bolivia como embajador a Edwin Corr, que ``era un polizonte
norteamericano que llegó junto a un centenar de agentes
de la DEA''.
Estos fueron los que desarticularon la operación y promovieron
el
derrocamiento de García Meza por otro grupo de militares
autodenominados institucionalistas.
En la actualidad García Meza cumple una condena de 30 años
de
reclusión sin derecho a indulto en la cárcel Chonchocoro,
mientras que el
que fuera su ministro del Interior, Luis Arce Gómez, está
encarcelado en
Estados Unidos por narcotráfico.
Suárez Gómez también cumple una condena de
15 años de reclusión
desde 1988, cuando se entregó a las autoridades policiales
y confesó sus
delitos.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald