Unidad en el espíritu de lucha
Apr. 25, 2004
PEDRO C. REMON
En el crecimiento que trae consigo la obra espontánea y útil
de luchar por la libertad de un pueblo esclavizado, puede y debe quedar
perfeccionado el
producto de nuestras leales funciones patrias, tanto las presentes
como las futuras.
Resulta imperativo en nuestra lucha que desde el campo de batalla prevalezca
la honradez, se mantenga el orden y sean constantes el amor, el perdón
y la
justicia, sin que importe cuán irregular sea la contienda.
En esta etapa avanzada de nuestra lucha por la libertad de Cuba, nada
debe debilitar las bases en que se pueda desarrollar la tan necesaria y
productiva
unidad de principios entre los diferentes grupos combativos existentes.
Sobre las bases de esta verdad, hoy quiero con deferencia exhortar
a todos los hombres y mujeres de Cuba, para que con sus ojos fijos en Dios
y con igual
fe en nuestra tierra busquemos la libertad practicando y perfeccionando
siempre la Hermandad del Sacrificio. Esta sería la mejor forma en
que lograríamos
dejar a un lado las devastadoras e innecesarias discrepancias, así
como las críticas destructivas que sólo benefician al enemigo.
Para que podamos dedicar
enteramente nuestras fuerzas a combatir al régimen que no sólo
esclaviza a nuestro pueblo sino que también representa una latente
amenaza para todo el
hemisferio por sus estrechos y despreciables vínculos con el
terrorismo internacional.
Reflexionemos en las memorias de los bravos mártires caídos
en Playa Girón, en los fatídicos paredones de fusilamientos,
en el presidio político y en las
profundas aguas del Mar Caribe; para que sean estas memorias las que
nos sostengan y nos sirvan como firmes puntales en lograr las más
altas aspiraciones de
nuestro pueblo. Sirvan también estas memorias de estímulo
inspirador a nuestro vehemente esfuerzo colectivo por restaurar la Cubanidad
en un Estado de
Derecho que garantice la libertad ciudadana, instaure la democracia,
permita la reunificación familiar, estimule la prosperidad económica,
y promueva la justicia
social en nuestra Nueva República.
Hemos sabido vivir los cubanos una etapa de nuestras vidas ''sin Patria
pero sin amo''; también en ese mismo espíritu Dios nos ha
de guiar siempre para ser
justos y reflexivos en una Cuba libre, anteponiendo el amor, el perdón
y la justicia a la venganza estéril y a la destrucción inútil.
Por una Cuba libre, soberana y socialmente justa.
Desde las cárceles de Panamá, abril del 2004.
Preso político cubano en Panamá y autor del libro-denuncia
'Fidel Castro, el
verdadero terrorista'.