Fallece a los 81 años Felipe Rivero, una figura del exilio cubano
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El comentarista radial y veterano de Bahía de Cochinos Felipe Rivero, figura polémica del exilio cubano, falleció la tarde del jueves en un hospital de Homeastead a los 81 años.
Su salud se había deteriorado en los últimos años como consecuencia de complicaciones cardiopulmonares y crisis depresivas.
''Siempre recordaré a Rivero por el grandioso momento que protagonizó en la televisión cubana cuando fue hecho prisionero en Bahía de Cochinos'', manifestó José Basulto, ex brigadista y presidente de Hermanos al Rescate. ``Quedará en la historia como el que habló en el día que más falta le hacía a los cubanos una voz digna''.
Capturado durante la fallida invasión de 1961, Rivero cobró fama por encarar un fuerte debate televisivo con Carlos Rafael Rodríguez, jerarca del régimen de Fidel Castro.
Nacido en 1924 en el seno de una acaudalada familia cubana, propietaria de las minas de Matahambre y del legendario Diario de la Marina, Rivero estudió Leyes en la Universidad de La Habana y participó activamente en la vida republicana hasta la llegada de Castro al poder.
Exiliado en 1959, no tardó en alistarse junto a cientos de brigadistas que se prepararon en los campamentos militares de Guatemala para la invasión de Bahía de Cochinos.
Después de ser liberado en 1962, fundó la llamada Asociación Nacionalista Cubana, partidaria de ''una tercera posición'' distante tanto de la ideología comunista como de la influencia de Washington.
''Era muy cubano, con una enraizada filosofía nacionalista'', recordó su amigo Julio Pestoni, expedicionario de la Brigada 2506. ``Tenía una cultura vastísima y dominaba la polémica como pocos''.
Bajo el fragor de la controversia vivió Rivero sus años en el exilio.
En 1967 fue arrestado bajo acusaciones de colocar una bomba en la embajada de Cuba en Canadá.
Como comentarista del programa Trapecio en WRHC Cadena Azul, creado en 1984, Rivero fue cuestionado por la Liga Antidifamatoria Judía de Miami en desacuerdo con sus presuntas proyecciones antisemitas.
''Yo no creo en el Holocausto... eso ha sido la gran calumnia'', afirmaba Rivero en su programa radial, que permaneció en el aire por más de una década.
En 1991 organizó la visita a Miami del ex líder del Ku Klux Klan, David Duke, y lideró las protestas que amenazaron con quemar el edificio de The Miami Herald y El Nuevo Herald, calificándolos como periódicos procastristas.
Inconforme con la decisión de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (Brigada 2506) de expulsar a algunos ex brigadistas, Rivero renunció a su condición de miembro en el 2001.
No obstante, ayer la Asociación le envió a su familia la bandera distintiva de la Brigada, considerando los méritos de Rivero como combatiente en aquella acción militar.
Lo sobreviven dos hijos. Su esposa Carmen Luisa falleció en 1999.
Sus funerales serán privados. La familia realizará una misa en su memoria la próxima semana en la Ermita de la Caridad, en Coconut Grove.