Granma Diario
Septiembre 7, 2003

Decide justicia panameña juzgar a Posada y sus cómplices

                Los terroristas, sus abogados y los partidarios de sus acciones, no solo tuvieron que asumir
                el camino de la cárcel, sin posibilidad de liberación en un futuro previsible, sino, además,
                tuvieron que darse cuenta de que triunfó la justicia a pesar de meses y meses de
                inversiones en una ruidosa e indecente campaña de prensa y de mentiras

                JEAN-GUY ALLARD
                Enviado especial

                PANAMÁ, 6 de septiembre — Para Luis Posada Carriles y sus semejantes, los
                que tiene a su lado y los que se benefician de la impunidad en Miami, la derrota
                fue completa. Y para los defensores de la verdad y de la dignidad, luchando
                contra la muerte y el terror, la victoria resultó ejemplar. Es que, sencillamente,
                Posada, sus cómplices, sus abogados y los partidarios del terrorismo, no solo
                tuvieron que retomar el camino de la cárcel, sin posibilidad de liberación en un
                futuro previsible, sino, además, tuvieron que darse cuenta de que triunfó la
                justicia a pesar de meses y meses de inversiones en una ruidosa e indecente
                campaña de prensa y de mentiras.

                Peor aún, en el campo de los "bandoleros del terror", la defensa llegó a ofender
                groseramente tanto a la Fiscalía como al propio Juez con una serie de
                intervenciones y de amenazas hechas para el "show", pero propiamente
                desastrosas en el contexto jurídico. Rogelio Cruz, el ex procurador de la
                República depuesto por sus nexos con el narcotráfico colombiano, bajó el nivel
                de su alegato hasta decir que el expediente del Ministerio Público era "una
                basura" y amenazar al juez con una protesta ante organismos internacionales
                de... "derechos humanos".

                El colmo de lo absurdo para el representante de individuos que, toda la vida, y
                según las propias fichas del FBI norteamericano, se dedicaron a matar
                inocentes e instar a otros a matar inocentes.

                Acercándose a centímetros del juez Enrique Paniza y amenazándolo con el
                índice, Cruz espetó al magistrado: "Usted ha cerrado sus ojos a la verdad". Una
                auténtica falta de respeto, después de haber también declarado que el
                Presidente del tribunal —quien siempre actuó con una reserva intachable— era
                prejuiciado y que tenía ya la "intención" de llamar los acusados a juicio antes
                de oir sus argumentos: "Creó que usted ya tiene una decisión, señor juez",
                dijo.

                "Los jueces no respetan las libertades públicas", comentó fuera de la sala de
                audiencia, ofreciéndose la libertad de presentar la imagen que le conviene del
                mismo para su clientela de Miami, la que, en definitiva, contribuye a garantizar
                su prosperidad.

                Con mucha justeza, uno de los abogados querellantes representando los
                grupos populares, el Doctor Rafael Rodríguez, se preguntó, en conversación
                con Granma, cómo su colega llegaría a justificar sus millonarias retribuciones
                después de tal fracaso.

                UN OLOR A FRUSTRACIÓN

                "Esto es la culpa de Cuba que quiere controlar al mundo", gritaba con rabia en
                un celular, la "corresponsal" no acreditada de Ninoska Pérez-Castellón, al pie
                de la escalera de la entrada del Tribunal Marítimo donde sesionaba la corte. "¡Y
                yo, que pensaba que Panamá era un país democrático!", añadió con
                frustración.

                La intervención final del juez Paniza —durante la cual presentó con mucho
                cuidado y sabiduría los elementos que lo llevaron a llamar a juicio a los
                terroristas imputados, apoyándose en una extensa jurisprudencia— duró más
                de tres horas, que acabaron con los nervios de la minúscula tropa de Miami
                que, pronto, terminó reunida en el pasillo... mientras Posada, Remón y Novo
                desfilaban, uno después del otro, en la sala para pasar al baño. Jiménez
                —quien sigue alejándose de los demás— se quedó... dormido en su asiento.

                Finalmente, alrededor de la medianoche, el magistrado concluyó al llamar a
                juicio a Posada, Remón, Novo y Jiménez así como a Raúl Rodríguez
                Hamouzova, otro terrorista cubano-americano que desapareció al momento del
                arresto de Posada. Radicado en El Salvador, Hamouzova está representado por
                un abogado y, aunque prófugo de la ley, será también juzgado por los delitos
                de asociación ilícita para delinquir, atentar contra la seguridad colectiva y
                posesión ilegal de explosivos.

                El juez también abrió una causa contra César Matamoros, representante de la
                mafia terrorista miamense en Panamá, quien aseguró la logística de Posada
                para el intento de atentado y trató de engañar tanto a la policía como a la
                fiscalía, y su empleado, José Manuel Hurtado Viverez, un humilde panameño
                que los abogados querellantes consideran víctima de un patrón abusador.

                Por otro lado, el juez Paniza hizo muestra de clemencia hacía los panameños
                Concepción Figueroa y Francisco Arrocha, también víctimas de las órdenes
                dadas por Matamoros a su empleado, y confirmó la extinción de la acción
                penal en contra del terrorista José Valladares —el de la finca Jacu donde se
                recepcionaron los explosivos— muerto en noviembre del 2002.

                EN PRIMERA PLANA, EL TERRORISTA POSADA

                Por primera vez esta semana, Posada y sus matones ocuparon la primera
                posición en los titulares de la prensa escrita, mientras la televisión siguió
                presentando un material abundante y equilibrado.

                "A juicio cubanos por complot contra Fidel", anuncia sobre cinco columnas el
                título principal de El Panamá América, con el subtítulo "El Juez quinto penal
                encontró suficientes evidencias para realizar una audiencia de fondo". La
                Prensa proclama a lo largo de la primera plana: "Posada Carriles, a juicio" con
                una foto del terrorista firmemente agarrado por un policía vestido de civil.

                Aunque bastante amplia y dinámica por parte de los medios televisivos, la
                cobertura periodística dada a Posada Carriles en Panamá, desde su arresto, tal
                como en los cables de las principales agencias internacionales, evita
                deliberadamente subrayar las características de terroristas internacionales de
                los cuatro individuos.

                En realidad, esta causa reúne todos los elementos para ser una causa célebre
                al nivel global, si no fuera por las orientaciones determinadas por los grandes
                carteles de la información:

                • Posada hizo explotar un avión en pleno vuelo, con lo que mató a 73 personas;
                torturó en varios países hasta con la complicidad de la policía de Pinochet; fue
                implicado en el asesinato del presidente Kennedy hasta el punto de que ciertos
                expertos van hasta situarlo en Dealey Plaza con el dedo en el gatillo.

                • Remón mató en plena calle de Manhattan a un diplomático cubano en la ONU
                y a un cubano-americano, frente a su hijo de 12 años, con ráfagas de MAC-10.

                • Novo participó en el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier y su
                colaboradora Ronni Moffit, y dirigió operaciones de la siniestra CORU que
                realizó más de 50 atentados en los cuales participó personalmente, desde
                Canadá hasta América Latina.

                • Jiménez mató a un funcionario cubano en México, ordenó la muerte de dos
                diplomáticos en Argentina y les hizo sepultar en los cimientos de un edificio en
                construcción, además de unos cuantos otros crímenes.

                Todos fueron vinculados, de una forma u otra, al narcotráfico.

                ¿Qué más quiere CNN para garantizarse su sacrosantos ratings?

                Pero las grandes cadenas "universales" de desinformación se quedaron
                ignorando la pequeña sala del Tribunal Marítimo de Panamá... mientras la
                Embajadora norteamericana en el istmo condenaba públicamente, el jueves, el
                terrorismo, pero el otro... el de los fundamentalistas del Medio Oriente. Ignoraba
                el de Miami-Dade.

                Fuera de la corte, en el parqueo vacío invadido por la noche, Rogelio Cruz
                repetía hasta la saciedad sus elucubraciones destinadas a su mercado
                norteño, donde sólo se oyen sus versiones. "Nunca dejaré de defender a mis
                clientes", proclamó. Nadie se sorprendió. ¿Cómo abandonar tan pródiga fuente
                de ingresos?