Prisión para Alvarez y Mitat
JOAQUIM UTSET
El Nuevo Herald
El empresario cubanoamericano Santiago Alvarez, protector del militante anticastrista Luis Posada Carriles, fue condenado ayer a cuatro años de cárcel, y su empleado Osvaldo Mitat a tres años por acumular un arsenal ilegal con el presunto objetivo de derrocar al gobernante cubano Fidel Castro.
La condena a Alvarez, de 65 años, y Mitat, de 64, impuesta por el juez James I. Cohn en el tribunal federal de Broward, se produce después de que los imputados llegaron a un acuerdo con las autoridades por el que se declararon culpables de un cargo de conspiración, de los cinco que originalmente encaraban.
''Se sienten muy orgullosos de su conducta durante este asunto, y aceptan la sentencia'', dijo el abogado Arturo Hernández, parte del equipo legal de Alvarez y Mitat, a la salida de la audiencia. ''Esto cierra un ciclo muy doloroso para ellos y sus familias, y lo que necesitamos es que se recuperen del golpe que sufrieron'', agregó.
La condena de 46 meses para Alvarez y de 37 para Mitat, quienes recibirán crédito por el año que llevan en prisión preventiva, pudiera haber ascendido hasta 60 meses, destacó la defensa, pero el juez Cohn aparentemente se mostró comprensivo con los motivos políticos que habían llevado a los exiliados a reunir un nutrido arsenal en un apartamento de Lauderhill.
''Nadie cuestiona los motivos subyacentes'', dijo Cohn durante la lectura de las condenas. ''Sin embargo, como todos sabemos, somos un país de leyes. Se deben imponer sanciones'', agregó.
Además de la privación de libertad, Alvarez deberá pagar una multa de $10,000.
El caso contra los dos hombres se originó el año pasado después de la entrada ilegal de Posada Carrilles a Estados Unidos, cuando uno de los integrantes del buque Santrina propiedad de Alvarez, alegadamente usado para transportar al buscado militante anticastrista, denunció la existencia del arsenal al FBI.
Tras la delación del informante Gilberto Abascal, las autoridades hallaron una nevera portátil repleta de armas que Sánchez transportaba a Miami, de su apartamento en Lauderhill, con ayuda de Mitat.
Un registro posterior del inmueble arrojó la existencia de un almacén oculto en el que había material explosivo, máscaras de gas y armas largas.
El arresto de los dos activistas anticastristas provocó indignación en sectores del exilio cubano que se sintieron traicionados por Washington en su enfrentamiento con el régimen comunista de La Habana.
Varios veteranos de la lucha anticastrista acompañaron ayer a los familiares de Alvarez y Mitat en la sala del juez Cohn, a quien le presentaron testimonio por escrito en favor de los acusados.
''A mí me resulta penoso que a Santiago Alvarez se le haya juzgado por esto, y más sabiendo la fuente de donde vino, un espía de Castro'', comentó José Basulto, el líder de la organización Hermanos al Rescate, en referencia a Gilberto Abascal, un informante del FBI. ''Somos un producto de lo que hicimos para Estados Unidos en los años 60. Es una gran contradicción'', agregó.
El caso de Alvarez y Mitat es sólo uno de los varios frentes judiciales abiertos en relación a Posada Carriles a Estados Unidos. El militante anticastrista de 78 años enfrenta un proceso inmigratorio en El Paso, Texas, donde está recluido, mientras que un gran jurado en New Jersey investiga la autoría de los atentados que sacudieron la industria turística cubana en 1997.
Esta información se complementó con el servicio de Associated Press.