Las 'revelaciones' de Castro son una farsa
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Documentos secretos cuya ``desclasificación'' fue anunciada por
las autoridades
cubanas en la reciente conferencia sobre Bahía de Cochinos habían
sido ya
revisados y reproducidos en un libro editado en La Habana hace 22 años.
Al menos unos 30 reportes presuntamente desclasificados en ocasión
del
encuentro académico celebrado entre los días 22 y 24
del pasado mes, figuran
en el libro Girón no fue solo en abril, del periodista e historiador
cubano Miguel
Angel Sánchez, exiliado desde 1980.
``En realidad no veo nada nuevo en estos documentos'', indicó
Sánchez a El
Nuevo Herald. ``No puede hablarse de desclasificación cuando
toda esa
información fue ampliamente revisada e incluida en mi libro''.
El vicepresidente cubano José Ramón Fernández,
organizador de la conferencia,
aseguró que era la primera vez que se iban a desclasificar de
manera general
informes de inteligencia y contrainteligencia, y observó que
"el documento más
importante es la secuencia completa de las indicaciones de Fidel [Castro]
desde
el final del día 16 de abril [de 1961] hasta que terminaron
las acciones''.
Sin embargo, la secuencia de las conversaciones telefónicas y
los mensajes de
Castro aparecen puntualmente descritas por Sánchez en las 270
páginas de su
libro, publicado por la editorial Orbe en 1979.
Cuba ha puesto un sello de desclasificación con fecha del 3 de
marzo del 2001
para los documentos entregados a los participantes en la conferencia.
Uno de
ellos, una nota escrita por Castro a Fernández el 17 de abril,
está reproducido en
la página 172 del libro de Sánchez. Otro mensaje de ese
mismo día a la 1:02
pm, enviado al general Raúl Castro, quien se encontraba en la
zona de Oriente,
puede encontrarse en la página 171.
Y así sucede con el grueso de los ``desclasificados'' que incluyen
conversaciones o mensajes a los oficiales destacados en frentes de
combate o
lugares estratégicos, como Emilio Aragonés, Raúl
Curbelo, Efigenio Ameijeiras,
Sergio del Valle, Augusto Martínez Sánchez, Pedro Miret
y Filiberto Olivera,
entre otros.
"Es una pura farsa orquestada para ensalzar al Napoleón del Caribe'',
declaró
Juan Pérez Franco, presidente de la Asociación de Veteranos
de la Brigada
2506. ``Esa información era ya conocida y están dando
la impresión de una
apertura que no existe''.
El activista opinó que una verdadera apertura informativa debería
revelar dónde
están las tumbas de los 114 brigadistas muertos, o esclarecer
la
responsabilidad en el fallecimiento de nueve prisioneros que se asfixiaron
en una
rastra refrigerada.
En su libro, Sánchez identificó los documentos utilizados
como pertenecientes
al Fondo Girón del Archivo del Ministerio de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR). ``Pero en realidad ni ellos mismos [las autoridades
cubanas] se acordaban de que esos documentos existían'', manifestó
el autor,
que reside actualmente en Nueva York.
El ex capitán de la Contrainteligencia cubana Carlos Cajaraville
apuntó que el
libro de Sánchez era en Cuba una fuente de consulta primordial
para muchos
historiadores y militares.
``Es sin dudas el mejor libro sobre Girón que se escribió
en la isla'', señaló
Cajaraville, que reside en Miami desde 1995 y tiene consigo un ejemplar
del
volumen.
Según Sánchez, los documentos se encontraban en unas 40
cajas guardadas
en el antiguo Palacio Presidencial (hoy Museo de la Revolución),
y sus
contenidos estaban clasificados mediante un tarjetero que, a lalarga,
``fue un
estorbo''.
"Lo que hice fue olvidarme de las tarjetas y revisar caja por caja durante
más de
tres meses... La realización del libro me tomó en total
dos años'', recordó.
Girón no fue sólo en abril apareció en las librerías
cubanas a finales de 1979 y,
apenas tres meses después, las autoridades decidieron retirarlo
de la venta. La
razón que argumentaron entonces ciertos analistas y altas figuras
de la jerarquía
cubana fue que el epílogo del libro había sido escrito
por Sánchez para demeritar
la participación de Fidel Castro en la victoria de Playa Girón.
En las dos páginas del epílogo, Sánchez describe
la llegada de Castro a Playa
Girón la mañana del 20 de abril, cuando ya habían
terminado los enfrentamientos
armados. Fue entonces que el gobernante cubano se subió a un
tanque T-34 y
disparó contra el navío Houston, donde ya no quedaba
nadie.
"Ese es el momento de la histórica foto de Fidel [Castro] bajándose
de un
tanque en Girón'', precisó el autor. ``Pero la realidad
es que él siempre estuvo
comandando las acciones desde la retaguardia o en el puesto de mando
de
Nuevo Vedado [en La Habana], y su regreso al terreno de operaciones
no se
produce hasta el día 19 alrededor de las 3 de la tarde''.
Sánchez, quien laboraba como asesor en el Ministerio de Cultura
en el momento
de su deserción en España en junio de 1980, entregó
entonces muchos de esos
documentos a historiadores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
"Toda esa documentación debe estar en los archivos de la CIA,
pues en 1980 la
puse en manos de dos investigadores que se reunieron conmigo para indagar
aspectos históricos de la invasión'', relató.