EFE
 MEDELLIN

 Las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) conminaron a los 7,000 habitantes de la localidad de Peque, en el noroeste del país, a
 abandonar el pueblo antes de cinco días, denunciaron ayer las autoridades regionales.

 Las AUC ``están imponiendo su ley, al margen de la ley'', dijo el gobernador del departamento de Antioquia (del que es capital Medellín), Guillermo
 Gaviria Correa.

 Si los vecinos de Peque --una población 239 km al norte de Medellín que desde hace tres años se encuentra sin presencia de la fuerza pública-- ceden a la amenaza, será ``el pueblo fantasma más grande del país'', añadió el funcionario.

 La localidad fue ocupada el miércoles por unos 300 hombres de las AUC, que cortaron las líneas telefónicas y bloquearon los accesos terrestres.

 Fuentes del gobierno departamental declararon que la ocupación de Peque forma parte de una operación que las AUC comenzaron el pasado sábado en Dabeiba, 206 km al oeste de Medellín.

 Unos 150 paramilitares mantienen bloqueado el tráfico hacia esa población y hacia la zona agroindustrial bananera de Urabá.

 Las fuentes agregaron que los funcionarios de Dabeiba, desde el alcalde hasta el notario y los jueces, se vieron obligados a trasladarse a Medellín.

 Otros elementos paramilitares se presentaron el miércoles en Puerto Valdivia, aldea en las riberas del río Cauca, y secuestraron a cuatro personas.

 La avanzada paramilitar alcanza un corredor estratégico que los ultraderechistas se disputan con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla del país.

 El corredor abarca una vasta región selvática que es uno de los accesos al Nudo de Paramillo, cadena montañosa limítrofe del departamento de Antioquia con el de
 Córdoba.

 El área alberga el campamento central del jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), Carlos Castaño Gil, quien en junio fue relevado del
 liderazgo de las AUC y designado como su responsable político junto a Ernesto Báez.