Paramilitares quieren entrar a la antigua zona de distensión
Provistos de armas automáticas, cientos de paramilitares se preparan
para avanzar hacia la
antigua zona de distensión en busca de los guerrilleros de las Fuerzas
Armadas
Revolucionarias de Colombia (Farc), mientras crece el temor de que los
campesinos queden
en medio del eventual fuego cruzado.
Los paramilitares se alistan en un paraje selvático para lo que
uno de sus
jefes describió como un combate de largo aliento, de acuerdo con
el noticiero
privado RCN.
El telenoticiero difundió imágenes de los paramilitares entrenándose
en el
bosque para la lucha cuerpo a cuerpo, portando fusiles de asalto y luciendo
uniformes de camuflado y los rostos pintados.
"Vamos por las Farc y la población civil no tiene nada que temer",
dijo a
RCN el jefe de ese escuadrón de las Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC).
El informe no precisó el sitio donde se entrenaban los paramilitares,
pero
señaló que es cercano a la zona de selvas, sabanas y montañas
de 42.000 kilómetros
cuadrados, que fue sede del proceso de paz y estuvo bajo el dominio de
las Farc entre el 7
de noviembre de 1998 y el 20 de febrero pasado.
El presidente Andrés Pastrana rompió el plan de paz con las
Farc el 20 de febrero y ordenó al
ejército reasumir el control de la zona, indignado porque los rebeldes
desviaron ese día un
avión comercial con 34 personas a bordo y secuestraron al senador
opositor Eduardo
Gechem, uno de los pasajeros.
Tras la decisión presidencial, los rebeldes intensificaron sus ataques
en
diversas regiones del país, con saldo de decenas de muertos y grandes
daños en la
infraestructura energética, vial y de telecomunicaciones.
Las tropas del ejército y la policía controlan los cascos
urbanos de los
cinco municipios comprendidos en la antigua zona desmilitarizada, tan extensa
como Suiza y
dos veces más grande que El Salvador.
En la antigua zona del despeje viven unos 100.000 campesinos que se dedican
principalmente
a la agricultura y la ganadería y algunos al cultivo de coca, la
materia prima de la cocaína,
según los militares.
Una fuente del ministerio de Defensa dijo a la AFP que los soldados y
policías desarrollan operaciones "para neutralizar por igual a la
guerrilla y a
los paramilitares, dentro o fuera de la antigua zona de distensión".
Pero ese responsable dijo desconocer si los paramilitares se entrenan en
cercanías del área del despeje, tal como lo señaló
RCN.
Cuando estaba vigente el proceso de paz, el jefe del ala política
de las
AUC, Carlos Castaño, señaló que sus tropas estaban
listas para incursionar en los cinco
municipios de la región para luchar contra las Farc y quienes apoyan
a la guerrilla.
Las Farc (17.000 efectivos) y las AUC (10.000) libran una guerra a muerte
en diversos lugares de Colombia, la cual incluye ataques contra campesinos
y otros civiles
ajenos al conflicto pero que cada bando percibe como aliado del rival.
Entidades humanitarias expresaron de antemano su temor de que la incursión
del ejército y los
paramilitares en la antigua zona despejada derive en una guerra abierta
y sucia con las Farc,
con la población civil en medio del fuego cruzado.
Un informe de derechos humanos dado a conocer la víspera por el
gobierno de Estados
Unidos señala a los paramilitares colombianos como los mayores violadores
de las garantías
fundamentales en el país andino.
Aunque se autodenominan brigadas de autodefensa contra las guerrillas,
algunos de los grupos paramilitares son únicamente ejércitos
privados de
pandillas de narcotraficantes, o de grandes terratenientes, afirmó
el documento.
Washington también ha señalado que algunas unidades del ejército
colombiano tienen nexos
con los paramilitares.
La Casa Blanca considera como terroristas y narcotraficantes a las AUC,
las
Farc y al también guerrillero Ejército de Liberación
Nacional (ELN).