Los argentinos viven con el pánico de la deportación
KETTY RODRIGUEZ
El Nuevo Herald
Miles de argentinos que viven ilegalmente en Miami, y lograron entrar amparados
por el fenecido Programa
de Exención de Visas, se sienten acorralados y viven con el temor
de ser deportados de un momento a otro.
Testimonios reportados a El Nuevo Herald describen casos de deportación
de argentinos que
aparentemente no cometieron ningún delito, fueron detenidos por
la policía local y luego deportados.
Está el caso de un hombre de 31 años que iba en su bicicleta
cuando fue detenido por un agente de la
policía que le pidió sus documentos y el pasaporte. Cuando
el agente se dio cuenta que la estadía había
expirado, lo arrestó y lo puso a la orden del Servicio de Inmigración
y Naturalización (INS).
Altas fuentes del Consulado de Argentina en Miami, que no revelaron su
identidad, dijeron a El Nuevo
Herald que ''ha habido un aumento de este tipo de casos, en los últimos
meses'', aunque descartó de
que se tratara de ``una persecución contra los argentinos''.
Explicó que después del 11 septiembre, el ''control de inmigración
se había hecho más severo'', incluso
para los ilegales de otras nacionalidades.
No obstante, las fuentes consulares revelaron el caso de un argentino sin
papeles que fue arrestado
dentro del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), mientras esperaba la
llegada de un familiar
procedente de Argentina, y devuelto a su país a los pocos días.
La historia del ciclista deportado fue contada por el dueño del
restaurante argentino Rancho Aparte en
Miami Beach, Rafael Turano, quien conocía de cerca al jóven
deportado.
El empresario también se referió a otro caso similar, que
le ocurrió a cuatro jóvenes argentinos que
conversaban en un automóvil estacionado.
Según Turano, la Policía se les acercó, les pidió
licencia de conducir y fue hasta sus casas para revisar
sus pasaportes. Al ver expirada la estadía, el procedimiento fue
el mismo: los pusieron a la orden del
INS y los deportaron.
Bobby Hernández, el vocero de la Policía de Miami Beach --donde
existe un área con gran
concentración de argentinos llamada la Pequeña Argentina--,
explicó que no pueden arrestar a nadie
sólo porque está ilegalmente en el país, aunque dijo
que si reciben una llamada telefónica donde les
advierten de un caso de un indocumentado, están ``obligados a arrestar
a la persona y llamar a
inmigración''.
''Esto es algo que siempre hemos hecho y es algo normal. Pero que quede
claro que no estamos
parando a nadie porque luzca argentino'', dijo Hernández, quien
explicó que en los casos anteriores
tuvo que haber existido ''una causa probable'' para que el agente detuviera
a la persona y le solicitara
los documentos.
Karen Kraushaar, portavoz del INS en Washington, negó que inmigración
tuviera una política de
deportación diseñada especialmente para los argentinos. ``En
general, todo aquel que se queda
después que su visa ha expirado está sujeto a la deportación,
y así lo establecen las leyes''.
En los últimos tres años, ha habido un incremento en el número
nacional de argentinos --no
criminales-- que han sido deportados. Las cifras señalan que en
1999, unas 41 personas fueron
devueltas al país austral, y en el 2001, el número subió
a casi 200 personas. Desde octubre hasta la
fecha, --que correspondería al año 2002-- un total de 139
argentinos han sido deportados.
Hace más de un mes que Susana --nombre ficticio de una joven argentina
en situación ilegal-- no
maneja su auto por temor a cometer una infracción de tránsito,
ser detenida por un policía y luego
deportada por inmigración. ``Me muero de miedo de sólo pensarlo.
Trato de no salir casi a la calle''.
Susana conoce de cerca el caso de una amiga que fue arrestada recientemente
y a la que ni siquiera
le permitieron recoger sus pertenencias. ``Imagínate el horror de
que eso pueda sucederme''.
''Vinimos aquí para buscar un mejor futuro, pero no sabíamos
que la situación para nosotros se iba a
poner tan dura'', dijo la entrevistada, que llegó a Miami antes
de que explotara la crisis económica en
su país.
Otra argentina que tampoco tiene papeles, dijo que llevaba ''el miedo por
dentro''. Incluso llegó a
mencionar que ''no dormía'' hasta que su pareja no regresaba de
la calle. ``Vivo siempre con el temor
de que nos puedan devolver a Argentina''.
Los argentinos estaban entre los pocos latinoamericanos que viajaban a
Estados Unidos sin la
intención de quedarse, pues sólo venían a ``veranear''.
Pero la crisis económica que se desató en el país,
obligó a Estados Unidos a sacar a Argentina del
Programa de Exención de Visas por ``el incremento del número
de argentinos que se valieron del
mismo para permanecer ilegalmente en el país.
Un total de 538,716 argentinos entraron a Estados Unidos en 1999, amparados
por el prorama, y
unos 546,711 en el 2000, según cifras del INS, que no pudo precisar
el número de personas que se
quedaron ilegalmente en el país.
Voceros de la Embajada de Argentina en Washington dijeron a El Nuevo Herald
que el número de
argentinos que vive en el país oscila entre 200,000 a 400,000. El
mayor número estaría concentrado
en el sur de la Florida.